Lectura de hoy

Al rojo vivo

1 Juan 4:4

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros...

REFLEXIÓN

Cierto día un joven estaba en el taller de un herrero, y este se mofaba del muchacho diciéndole:...

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Estudio Bíblico de la semana

H.02.- La era de la inocencia

Lecturas El presente estudio analiza, dentro de la historia bíblica, el intervalo de tiempo ocurrido entre la creación del ser humano hasta su caída. ...

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El campesino chino y su hijo

Publicación:  miĆ©rcoles 27 septiembre 2023   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos ni vuestros caminos mis caminos», dice Jehová.
«Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Isaías 55:8-9


Reflexión

Una vez había un campesino chino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo.

Un día el hijo le dijo: ¡Padre, qué desgracia! Se nos ha ido el caballo.

¿Por qué le llamas desgracia? - respondió el padre, veremos lo que trae el tiempo...

A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo.

-¡Padre, qué suerte! - exclamó esta vez el muchacho... Nuestro caballo ha traído otro caballo.

-¿Por qué le llamas suerte? - repuso el padre - Veamos qué nos trae el tiempo.

En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna.

-¡Padre, qué desgracia! - exclamó ahora el muchacho-. ¡Me he quebrado la pierna!

Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció: ¿Por qué le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo!

El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama.

Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.

El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo.

Mis queridos hermanos y amigos, en las situaciones de la vida, lo mejor es no adelantar criterio porque lo que aparenta ser conveniente puede causar daño y lo que aparenta ser perjudicial, puede traer grandes beneficios. Aprendamos a confiar en DIOS, porque en Él todo sucede con un propósito para nuestras vidas y forma parte de Su perfecto e infinito plan. Precisamente por eso Él es Dios.

Que Dios te bendiga