Lectura de hoy
Servicio al cliente en su máxima expresión
Mateo 7:12
Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced...
REFLEXIÓN
Esto se llama servicio al cliente en su máxima expresión: esta es la historia de Judd Frost...
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Estudio Bíblico de la semana
A.04.- Siguiendo a Jesús
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Este estudio nos lleva a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del cristianismo como una forma de vida. ... |
Decepción del pecado
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¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? Romanos 6:16
Reflexión
Hace años, el famoso comentarista Paul Harvey, describió cómo el esquimal mata al lobo.
Primero cubre su cuchillo con la sangre de un animal y luego deja que se congele. Luego añade otra capa de sangre y deja que también se congele. Repite el proceso una y otra vez hasta que el cuchillo está totalmente cubierto con sangre congelada. El cazador ártico entonces toma el cuchillo y lo coloca en la tierra con la hoja extendida para arriba. Sin sospechar cosa alguna, el lobo huele la sangre y empieza a lamer la sangre congelada. Entre más lame el lobo la sangre, más vigorosamente crece su apetito para la sangre. Sin saber lo que está haciendo el lobo empieza a cortar su propia lengua. El lobo entonces empieza a saciar su sed por sangre con su propia sangre. Su deseo perpetuo no se satisface hasta estar completamente muerto.
Mis queridos hermanos y amigos, al igual que el cuchillo del esquimal, el pecado está envuelto de la manera más atractiva, pero siempre contiene una hoja de cuchillo de destrucción mortal. Las Escrituras no nos mandan a enfrentar las tentaciones, nos mandan a huir de ellas.
Que Dios te bendiga
Primero cubre su cuchillo con la sangre de un animal y luego deja que se congele. Luego añade otra capa de sangre y deja que también se congele. Repite el proceso una y otra vez hasta que el cuchillo está totalmente cubierto con sangre congelada. El cazador ártico entonces toma el cuchillo y lo coloca en la tierra con la hoja extendida para arriba. Sin sospechar cosa alguna, el lobo huele la sangre y empieza a lamer la sangre congelada. Entre más lame el lobo la sangre, más vigorosamente crece su apetito para la sangre. Sin saber lo que está haciendo el lobo empieza a cortar su propia lengua. El lobo entonces empieza a saciar su sed por sangre con su propia sangre. Su deseo perpetuo no se satisface hasta estar completamente muerto.
Mis queridos hermanos y amigos, al igual que el cuchillo del esquimal, el pecado está envuelto de la manera más atractiva, pero siempre contiene una hoja de cuchillo de destrucción mortal. Las Escrituras no nos mandan a enfrentar las tentaciones, nos mandan a huir de ellas.
Que Dios te bendiga