Lectura de hoy

El obispo y sus dos hijos

Eclesiastés 7:14

En el día del bien goza del bien, y en el día de la adversidad, reflexiona. Dios hizo tanto...

REFLEXIÓN

Un obispo, de la costa oriental de los Estados Unidos, hace muchos años visitó a una pequeña...

» Continúa     » Escuchar Audio  Escuchar Audio

Reciba diariamente la Lectura de Hoy en su correo electrónico sin ningún compromiso.

Suscribete a Unanimes

Estudio Bíblico de la semana

F.03.- La Intercesión

Lecturas Estudio que se ocupa de contestar a la pregunta ¿Cómo le pido a Dios? ...

» Descargar     » Escuchar Audio  Estudios

Un plato de arroz

Publicación:  viernes 21 julio 2023   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; entonces apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo, porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y fuisteis a verme”. Entonces los justos le responderán diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero y te recogimos, o desnudo y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?”. Respondiendo el Rey, les dirá: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. Mateo 25:31-40


Reflexión

Cuenta un padre de familia que una noche vino un hombre a su casa y le dijo: "Hay una familia con ocho niños. Hace días que no comen". La familia tomó algunos alimentos y fueron a entregárselos inmediatamente.

Cuando finalmente llegaron a aquel hogar, vieron que los rostros de esos pequeños estaban desfigurados por el hambre. No había pesar o tristeza en sus rostros, solamente un profundo dolor de hambre. Inmediatamente le dieron el arroz a la madre. Ella separó el arroz en dos partes y salió llevando una mitad. 

Cuando regresó, le preguntaron: “¿Adonde fue?" 

Ella les dio esta simple respuesta: "a ver a mis vecinos, ¡ellos también tienen hambre!".

Ellos no estaban sorprendidos por su generosidad, porque los pobres son verdaderamente generosos. Estaban sorprendidos que ella supiese que también los vecinos estaban hambrientos e hizo algo al respecto.

Mis queridos hermanos y amigos, cuando sufrimos estamos tan enfocados en nuestro dolor que perdemos la visión de que hay otros que nos necesitan, y que probablemente, tienen más necesidad que nosotros. Es curioso, también en el dolor podemos ser egoístas.

Que Dios te bendiga