Lectura de hoy
¿Buena Suerte? ¿Mala Suerte? ¿Quién Sabe?
Romanos 8:28
Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a...
REFLEXIÓN
Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar...
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Estudio Bíblico de la semana
Una ventana y un espejo
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Ninguno puede servir a dos señores, porque odiará al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Mateo 6:24
Reflexión
Se cuenta que un maestro llamó a un discípulo y lo colocó frente a la ventana preguntándole:
- ¿Qué ves?
- Veo la gente que pasa por la calle, las casas de enfrente, los automóviles, los caballos, el sol, las hojas volando al viento, dijo el discípulo.
- Ahora ven que te mostraré otro vidrio, replicó el maestro.
Y le trajo un espejo.
- Mira y cuéntame qué ves, preguntó.
Asombrado el alumno miró y dijo:
- Veo mi propio rostro.
- ¿Sabes qué diferencia hay entre este y aquel vidrio? Repreguntó el sabio.
- No maestro, dijo el muchacho.
- El de la ventana permite ver a los demás. Este, el espejo, es también un vidrio e impide ver a los otros. Te ves únicamente a ti mismo, explicó el maestro.
- ¿Y esto qué significa maestro?, preguntó el alumno, que no captaba el mensaje en esa comparación tan obvia.
- Te diré lo que significa, replicó el sabio. Este vidrio, el espejo, se hace espejo cuando del otro lado se lo cubre de una sustancia relativa a la plata.
- ¿Entonces? preguntó el estudiante.
- Lo que estás mirando es la plata. Cuando la plata es el objetivo único de la mirada humana, se deja de ver a los demás y se ve tan sólo a uno mismo.
Mis queridos hermanos y amigos, si nos pusieran un espejo enfrente ¿a quién veríamos? ¿a Dios, a nuestro prójimo o al dinero?
Que Dios te bendiga
- ¿Qué ves?
- Veo la gente que pasa por la calle, las casas de enfrente, los automóviles, los caballos, el sol, las hojas volando al viento, dijo el discípulo.
- Ahora ven que te mostraré otro vidrio, replicó el maestro.
Y le trajo un espejo.
- Mira y cuéntame qué ves, preguntó.
Asombrado el alumno miró y dijo:
- Veo mi propio rostro.
- ¿Sabes qué diferencia hay entre este y aquel vidrio? Repreguntó el sabio.
- No maestro, dijo el muchacho.
- El de la ventana permite ver a los demás. Este, el espejo, es también un vidrio e impide ver a los otros. Te ves únicamente a ti mismo, explicó el maestro.
- ¿Y esto qué significa maestro?, preguntó el alumno, que no captaba el mensaje en esa comparación tan obvia.
- Te diré lo que significa, replicó el sabio. Este vidrio, el espejo, se hace espejo cuando del otro lado se lo cubre de una sustancia relativa a la plata.
- ¿Entonces? preguntó el estudiante.
- Lo que estás mirando es la plata. Cuando la plata es el objetivo único de la mirada humana, se deja de ver a los demás y se ve tan sólo a uno mismo.
Mis queridos hermanos y amigos, si nos pusieran un espejo enfrente ¿a quién veríamos? ¿a Dios, a nuestro prójimo o al dinero?
Que Dios te bendiga