Lectura de hoy
Ángel de la muerte
Eclesiastés 7:14
En el día del bien goza del bien, y en el día de la adversidad, reflexiona. Dios hizo tanto...
REFLEXIÓN
En cierta ocasión, el amo de una viña grande mandó a uno de sus mejores criados a realizar...
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Estudio Bíblico de la semana
F.05.- El fruto del Espíritu
Estudio detallado del fruto del Espíritu Santo y su significado en la vida del creyente ... |
Karoshi
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Por demás es que os levantéis de madrugada y vayáis tarde a reposar,
y que comáis pan de dolores, pues que a su amado dará Dios el sueño. Salmos 127:2
Reflexión
Los monos macacos japoneses trabajan duro solo para sobrevivir en su frío hábitat. A menudo deben escalar montañas altas para conseguir su comida. Aparte del duro trabajo toman frecuentes descansos, se renuevan a sí mismos y hasta pasean un poco. Parecen tener un conocimiento innato de que trabajar mucho, sin detenerse a jugar, los llevaría a estar exhaustos y quizás a la extinción.
A diferencia de los monos, muchos trabajadores japoneses han trabajado sin descanso hasta morir. Las ansias por un buen rendimiento, demostrado no solo por el interés en la producción sino también por las horas dedicadas, impregnan su cultura. Este síndrome trágico se ha convertido en algo tan conocido que tiene su propio nombre: karoshi.
Mis queridos hermanos y amigos, es triste que las actividades de los monos parecieran tener más sentido que las actividades humanas. Como a los monos, a los humanos Dios nos han grabado en nuestro ADN ciertos instintos que nos dicen lo que nuestros cuerpos, mentes y espíritus necesitan. Hay que comer cuando baja el azúcar, hay que dormir cuando estamos cansados, hay que buscar la calma cuando el ruido del mundo nos molesta mucho y así en todas nuestras necesidades.
No nos matemos tratando de ser la estrella en el trabajo destruyendo en el proceso a nuestra familia y a nuestro propio ser. En vez de eso, de vez en cuando, tomemos nuestro tiempo de descanso, hagamos una pausa y comamos una banana… como los monos.
Aprender a dejar algunas cosas para después es a veces en verdad… satisfactorio. No hay que olvidar que se trabaja para vivir, no se vive para trabajar. La gente que vive para trabajar ya tiene a su dios, es su trabajo. La gente que trabaja para vivir también tiene el suyo, aquel que dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”.
Que Dios te bendiga
A diferencia de los monos, muchos trabajadores japoneses han trabajado sin descanso hasta morir. Las ansias por un buen rendimiento, demostrado no solo por el interés en la producción sino también por las horas dedicadas, impregnan su cultura. Este síndrome trágico se ha convertido en algo tan conocido que tiene su propio nombre: karoshi.
Mis queridos hermanos y amigos, es triste que las actividades de los monos parecieran tener más sentido que las actividades humanas. Como a los monos, a los humanos Dios nos han grabado en nuestro ADN ciertos instintos que nos dicen lo que nuestros cuerpos, mentes y espíritus necesitan. Hay que comer cuando baja el azúcar, hay que dormir cuando estamos cansados, hay que buscar la calma cuando el ruido del mundo nos molesta mucho y así en todas nuestras necesidades.
No nos matemos tratando de ser la estrella en el trabajo destruyendo en el proceso a nuestra familia y a nuestro propio ser. En vez de eso, de vez en cuando, tomemos nuestro tiempo de descanso, hagamos una pausa y comamos una banana… como los monos.
Aprender a dejar algunas cosas para después es a veces en verdad… satisfactorio. No hay que olvidar que se trabaja para vivir, no se vive para trabajar. La gente que vive para trabajar ya tiene a su dios, es su trabajo. La gente que trabaja para vivir también tiene el suyo, aquel que dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”.
Que Dios te bendiga