Lectura de hoy
No te quejes
Filipenses 4:11-13
No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación...
REFLEXIÓN
Un grupo de misioneros, caminaban de un pueblo llamado San Francisco a Santa Catarina Loxicha...
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Estudio Bíblico de la semana
Parientes lejanos
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En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempos de angustia. Proverbios 17:17
Reflexión
Cierto viejo solitario, vivía en las profundidades de las montañas de Colorado. Cuando murió, sus parientes lejanos vinieron de la ciudad para llevarse sus cosas de valor. Luego de llegar, todo lo que ellos vieron fue una vieja choza con un retrete al lado. Dentro de la choza, cerca de la chimenea de piedra, había una vieja cacerola y su equipo de minería. Una mesa llena de grietas con una silla de tres patas montaban guardia junto a una delgada ventana y una lámpara de kerosene servía como centro de mesa. En un rincón oscuro había un desmoronado catre con una gastada bolsa de dormir sobre él.
Ellos recogieron algunas de las viejas reliquias y se dispusieron a partir. Mientras se iban, un viejo amigo del solitario, sobre su mula, les hizo señas que parasen. "¿Les importaría si yo saco algo de lo que ha quedado en la cabaña de mi amigo?", preguntó. "Vaya tranquilo", le contestaron. Después de todo, pensaron, ¿qué puede haber de valor dentro de la choza?
El viejo amigo entró a la choza y caminó directamente hacia la mesa. Estiró el brazo debajo de ella y levantó una de las tablas del piso. Luego procedió a sacar todo el oro que su amigo había encontrado en los últimos 53 años, suficiente como para que se hubiese construido un palacio. El solitario murió con un sólo amigo que lo sabía. Mientras el amigo miraba por la pequeña ventana, observando la nube de polvo detrás de la cual desaparecería el coche de los parientes, dijo: "Deberían haberlo conocido mejor".
Mis queridos hermanos y amigos, el tesoro que encontró el amigo en esta historia fue oro. El tesoro del cual disfrutó el minero difunto fue calidez, amor y compañía de su amigo. La cercanía con los nuestros puede adelantarnos una herencia mejor, su amor, cariño, afecto y amistad. Nuestra vida debemos pasarla como dice el principio bíblico: “no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”.
Que Dios te bendiga
Ellos recogieron algunas de las viejas reliquias y se dispusieron a partir. Mientras se iban, un viejo amigo del solitario, sobre su mula, les hizo señas que parasen. "¿Les importaría si yo saco algo de lo que ha quedado en la cabaña de mi amigo?", preguntó. "Vaya tranquilo", le contestaron. Después de todo, pensaron, ¿qué puede haber de valor dentro de la choza?
El viejo amigo entró a la choza y caminó directamente hacia la mesa. Estiró el brazo debajo de ella y levantó una de las tablas del piso. Luego procedió a sacar todo el oro que su amigo había encontrado en los últimos 53 años, suficiente como para que se hubiese construido un palacio. El solitario murió con un sólo amigo que lo sabía. Mientras el amigo miraba por la pequeña ventana, observando la nube de polvo detrás de la cual desaparecería el coche de los parientes, dijo: "Deberían haberlo conocido mejor".
Mis queridos hermanos y amigos, el tesoro que encontró el amigo en esta historia fue oro. El tesoro del cual disfrutó el minero difunto fue calidez, amor y compañía de su amigo. La cercanía con los nuestros puede adelantarnos una herencia mejor, su amor, cariño, afecto y amistad. Nuestra vida debemos pasarla como dice el principio bíblico: “no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”.
Que Dios te bendiga