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F.03.- La Intercesión

Lecturas Estudio que se ocupa de contestar a la pregunta ¿Cómo le pido a Dios? ...

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¿Para quién son las manzanas?

Publicación:  miĆ©rcoles 23 noviembre 2022   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



También dijo Dios a Noé y a sus hijos: «Yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros; con todo ser viviente que está con vosotros: aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra. Estableceré mi pacto con vosotros, y no volveré a exterminar a todos los seres vivos con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra».
Asimismo dijo Dios: «Esta es la señal del pacto que yo establezco a perpetuidad con vosotros y con todo ser viviente que está con vosotros: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal de mi pacto con la tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver mi arco en las nubes. Y entonces me acordaré de mi pacto con vosotros y todo ser viviente de toda especie; y no habrá más diluvio de aguas para destruir todo ser vivo. Estará el arco en las nubes; lo veré y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con todo lo que tiene vida sobre la tierra».
Dijo, pues, Dios a Noé: «Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y todo lo que tiene vida sobre la tierra»
Génesis 9:9-17


Reflexión

En cierta ocasión, un joven observaba a un hombre que tenía más de ochenta años y que estaba sembrando un huerto de manzanos.

El anciano amorosa y cuidadosamente preparó el terreno, plantó los diminutos vástagos y les echó agua. Después de estar mirándolo por un rato, el joven dijo: «Usted no espera que va a comer manzanas de esos árboles, ¿verdad?»

«No --replicó el anciano--, pero alguien lo hará».

Mis queridos hermanos y amigos, nuestras acciones ayudarán a esos que nos seguirán.

Debido al pacto de Dios con Noé, tenemos la seguridad de que no corremos el riesgo de la destrucción mundial por un diluvio. Los habitantes de la tierra todavía están recibiendo el beneficio que vino de la vida de un hombre justo.

Asimismo, nosotros también podemos beneficiar a las generaciones futuras. Cuando servimos a las personas o influimos en ellas de manera positiva, y las animamos a pasar lo que han recibido de otros, creamos una cadena de impacto que sobrepasará nuestra vida. No somos un eslabón perdido, antes bien, somos parte de la cadena divina diseñada para la continuidad y mejora del ser humano. No somos una isla... somos un continente.

Alguien siempre viene detrás de nosotros y será la prolongación de nuestra vida, para bien o para mal. Ese alguien nos observa y aprende. Entonces sembremos ahora manzanas para que él o ella tengan la bendición de comerlas y mientras lo hacen nos recordarán.

Sembremos hoy para las generaciones futuras. Recordemos que Moisés lo hizo con Josue, el profeta Elias con Eliseo y Jesús, nuestro Señor, con sus discípulos. ¿Y nosotros… con quién?

Que Dios te bendiga