Lectura de hoy
El Collar
Marcos 12:41-44
Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero...
REFLEXIÓN
El hombre que estaba tras el mostrador, miraba la calle distraídamente. Una niñita se acercó...
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Estudio Bíblico de la semana
A.04.- Siguiendo a Jesús
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Este estudio nos lleva a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del cristianismo como una forma de vida. ... |
Mi corazón para ti
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Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia. Colosenses 3:12
Reflexión
Se cuenta la historia del ya ausente y famoso escapista Harry Houdini, que nos permite vislumbrar el interior de su corazón.
A principios de su carrera, cuando aún se presentaba en un desconocido teatro de variedades, él y su joven esposa subsistían de una semana a otra sin reserva de alimentos o dinero. Una tarde decidió ir al supermercado a comprar productos alimenticios. En pocos minutos ya había regresado y estaba sentado en la mesa de la cocina, llorando incontrolablemente.
Sin certeza de lo ocurrido, pero temiendo lo peor, su esposa intentó averiguarlo y ofrecerle consuelo. Al fin, controlando sus sollozos, le contó que no lo habían lastimado ni asaltado. Explicó que en su camino al supermercado, se acercó a un joven lisiado que mendigaba alimentos. Al instante, le ofreció al hombre todo lo que tenía y luego regresó al apartamento.
Entonces ¿Por qué lloraba Harry? Había hecho algo noble. Tal vez estaba molesto porque al ser tan impulsivo, él y su esposa se quedaron sin nada. No, él no sentía dolor por ellos. Lloraba por no tener más para dar.
Mis queridos hermanos y amigos, Harry Houdini, aquel día, dejó constancia de la mayor de las dádivas. Mostró compasión y es esta la que mantiene fresco y renovado nuestro corazón. Mostremos también nosotros compasión por nuestros semejantes, así estaremos mostrando al Señor que vive en nosotros.
Que Dios te bendiga
A principios de su carrera, cuando aún se presentaba en un desconocido teatro de variedades, él y su joven esposa subsistían de una semana a otra sin reserva de alimentos o dinero. Una tarde decidió ir al supermercado a comprar productos alimenticios. En pocos minutos ya había regresado y estaba sentado en la mesa de la cocina, llorando incontrolablemente.
Sin certeza de lo ocurrido, pero temiendo lo peor, su esposa intentó averiguarlo y ofrecerle consuelo. Al fin, controlando sus sollozos, le contó que no lo habían lastimado ni asaltado. Explicó que en su camino al supermercado, se acercó a un joven lisiado que mendigaba alimentos. Al instante, le ofreció al hombre todo lo que tenía y luego regresó al apartamento.
Entonces ¿Por qué lloraba Harry? Había hecho algo noble. Tal vez estaba molesto porque al ser tan impulsivo, él y su esposa se quedaron sin nada. No, él no sentía dolor por ellos. Lloraba por no tener más para dar.
Mis queridos hermanos y amigos, Harry Houdini, aquel día, dejó constancia de la mayor de las dádivas. Mostró compasión y es esta la que mantiene fresco y renovado nuestro corazón. Mostremos también nosotros compasión por nuestros semejantes, así estaremos mostrando al Señor que vive en nosotros.
Que Dios te bendiga