Lectura de hoy
Ángel de la muerte
Eclesiastés 7:14
En el día del bien goza del bien, y en el día de la adversidad, reflexiona. Dios hizo tanto...
REFLEXIÓN
En cierta ocasión, el amo de una viña grande mandó a uno de sus mejores criados a realizar...
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Estudio Bíblico de la semana
F.05.- El fruto del Espíritu
Estudio detallado del fruto del Espíritu Santo y su significado en la vida del creyente ... |
Un dólar
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Más vale el buen nombre que las muchas riquezas. Proverbios 22:1
Reflexión
Un joven predicador fue invitado en el último momento para que predicase un sermón en la iglesia de su ciudad. Siguiendo un impulso, usó como tema uno de los Diez Mandamientos: "No hurtarás". A la mañana siguiente, subió a un autobús y le dio al conductor un billete de un dólar. El conductor le dio el cambio y él se dirigió a la parte trasera del vehículo. Echando un vistazo al cambio antes de guardarlo en su bolsillo, el hombre observó que el conductor le había dado diez centavos de más. Su primer pensamiento fue: La compañía de autobuses jamás se dará cuenta de la pérdida de diez centavos.
Sin embargo, cambió de opinión rápidamente, sintiendo en su conciencia que los diez centavos no le pertenecían y que los debía devolver al conductor. Regresó al frente y le dijo al conductor: "Usted me dio cambio de más", y le devolvió los diez centavos.
Para su sorpresa, el conductor le contestó: "Sí, lo sé. Lo hice a propósito. Escuché su sermón ayer y lo estaba observando por el espejo mientras contaba su vuelto".
El joven predicador había pasado la prueba a la cual fue sometido por el conductor... y dio un firme testimonio de su fe.
Mis queridos hermanos y amigos, hoy en día el cristianismo se ha devaluado mucho debido a que algunos “cristianos” viven una vida divorciada de su fe. Ser personas integrales implica ser iguales en todos los escenarios de la vida, como padres, hijos, hermanos, amigos, vecinos, trabajadores, jefes o pertenecientes a una fe determinada. El no serlo implica vivir una vida desintegrada y sin duda deshonesta. Los creyentes genuinos son consecuentes con su fe, viven los valores y principios bíblicos y las Escrituras son su norma de fe y conducta. Por lo tanto ser creyentes auténticos necesariamente implica que nuestra conducta debe reflejar nuestra fe… todos los días de nuestra vida.
Que Dios te bendiga
Sin embargo, cambió de opinión rápidamente, sintiendo en su conciencia que los diez centavos no le pertenecían y que los debía devolver al conductor. Regresó al frente y le dijo al conductor: "Usted me dio cambio de más", y le devolvió los diez centavos.
Para su sorpresa, el conductor le contestó: "Sí, lo sé. Lo hice a propósito. Escuché su sermón ayer y lo estaba observando por el espejo mientras contaba su vuelto".
El joven predicador había pasado la prueba a la cual fue sometido por el conductor... y dio un firme testimonio de su fe.
Mis queridos hermanos y amigos, hoy en día el cristianismo se ha devaluado mucho debido a que algunos “cristianos” viven una vida divorciada de su fe. Ser personas integrales implica ser iguales en todos los escenarios de la vida, como padres, hijos, hermanos, amigos, vecinos, trabajadores, jefes o pertenecientes a una fe determinada. El no serlo implica vivir una vida desintegrada y sin duda deshonesta. Los creyentes genuinos son consecuentes con su fe, viven los valores y principios bíblicos y las Escrituras son su norma de fe y conducta. Por lo tanto ser creyentes auténticos necesariamente implica que nuestra conducta debe reflejar nuestra fe… todos los días de nuestra vida.
Que Dios te bendiga