Lectura de hoy
No te quejes
Filipenses 4:11-13
No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación...
REFLEXIÓN
Un grupo de misioneros, caminaban de un pueblo llamado San Francisco a Santa Catarina Loxicha...
» Continúa » Escuchar AudioReciba diariamente la Lectura de Hoy en su correo electrónico sin ningún compromiso.
Estudio Bíblico de la semana
Amor es... escuchar
Tweet
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardo para hablar… Santiago 1:19
Reflexión
Stephen Sorenson escribió una vez, en el "Disciples hip Journal”, acerca de un período de dos años, durante los cuales, le había aquejado en ambas muñecas una tendinitis tan severa que no podía siquiera levantar a su pequeña hija ni abrir un frasco. En esa misma época Stephen estaba intentando hacer remodelaciones en su casa.
Guillermo, un músico militar retirado, vino en su ayuda. Sorenson escribió: "Guillermo venía a casa, día tras día. Desenterró nuestro tanque séptico, cortó árboles enfermos y simplemente pasó un tiempo con nosotros. Presentía que él comprendía mi dolor y nuestras necesidades. Una tarde, mientras él y yo paseábamos y conversábamos por el bosque, descubrí el porqué".
"Guillermo había vivido la mayor parte de su vida para la música, pero se le desarrolló un devastador problema de oído, impidiéndole escuchar música de cualquier tipo. Como resultado, más que sentir rechazo por mi problema, Guillermo se sintió identificado conmigo por nuestra causa común. Y antes que se separaran nuestros caminos, tuve la oportunidad de hablarle de Jesús y de lo que Él había hecho por nosotros. Guillermo se convirtió en creyente.
Cuando miro hacia atrás, no sé si me hubiese tomado el tiempo para hablar con Guillermo si mis muñecas hubiesen estado bien. Es muy probable que hubiese estado clavando o manejando una sierra de cadena; por lo tanto, lo único que pude hacer fue escuchar y luego hablar. En los planes de Dios, esto fue suficiente."
Mis queridos hermanos y amigos, cuanto nos agrada hablar y que otros escuchen, lo que es más, cuanto nos agrada hablar y nosotros escucharnos. El reto es escuchar a los demás y hablar oportunamente, solamente cuando nuestras palabras pueden edificar a otros, dicho de otra manera, cuando amemos a través de nuestra conversación.
Que Dios te bendiga
Guillermo, un músico militar retirado, vino en su ayuda. Sorenson escribió: "Guillermo venía a casa, día tras día. Desenterró nuestro tanque séptico, cortó árboles enfermos y simplemente pasó un tiempo con nosotros. Presentía que él comprendía mi dolor y nuestras necesidades. Una tarde, mientras él y yo paseábamos y conversábamos por el bosque, descubrí el porqué".
"Guillermo había vivido la mayor parte de su vida para la música, pero se le desarrolló un devastador problema de oído, impidiéndole escuchar música de cualquier tipo. Como resultado, más que sentir rechazo por mi problema, Guillermo se sintió identificado conmigo por nuestra causa común. Y antes que se separaran nuestros caminos, tuve la oportunidad de hablarle de Jesús y de lo que Él había hecho por nosotros. Guillermo se convirtió en creyente.
Cuando miro hacia atrás, no sé si me hubiese tomado el tiempo para hablar con Guillermo si mis muñecas hubiesen estado bien. Es muy probable que hubiese estado clavando o manejando una sierra de cadena; por lo tanto, lo único que pude hacer fue escuchar y luego hablar. En los planes de Dios, esto fue suficiente."
Mis queridos hermanos y amigos, cuanto nos agrada hablar y que otros escuchen, lo que es más, cuanto nos agrada hablar y nosotros escucharnos. El reto es escuchar a los demás y hablar oportunamente, solamente cuando nuestras palabras pueden edificar a otros, dicho de otra manera, cuando amemos a través de nuestra conversación.
Que Dios te bendiga