Lectura de hoy
Por un simple acto
Romanos 8:28
Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a...
REFLEXIÓN
Un Día de Acción de Gracias hace muchos años, una joven familia despertó en una situación...
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Estudio Bíblico de la semana
F.03.- La Intercesión
Estudio que se ocupa de contestar a la pregunta ¿Cómo le pido a Dios? ... |
Épocas
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Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:13-14
Reflexión
En una cena en honor de Albert Einstein, un estudiante le preguntó al gran científico: ¿Cuál es su profesión?
-Me dedico al estudio de la física, dijo Einstein.
El estudiante exclamó: ¿Quiere decir que usted sigue estudiando física? Yo terminé el año pasado.
Una de las grandes tentaciones en la vida es dividirla en épocas y pensar en cada una como un fin en sí misma. El estudiante piensa en el diploma del colegio secundario como una meta, pero no lo relaciona con lo que quiere hacer en la vida. El egresado tal vez consiga el trabajo de su elección y nunca considere que podría hacer otros trabajos en el futuro.
Cuántas veces hemos visto a un muchacho y una muchacha que se comprometen en matrimonio, gastan una fortuna y cientos de horas preparando la boda, con poca o ninguna preparación para los años de matrimonio que tienen por delante.
O tal vez hemos visto un matrimonio que espera el nacimiento del hijo sin saber en realidad lo que significa la paternidad.
El huerto de la vida es un ciclo continuo de años y estaciones. Quienes cosechan mucho parecen ser las personas que miran hacia atrás y hacia adelante. Miran al pasado para rescatar de sus experiencias las que les servirán para resolver los desafíos del presente. Miran al futuro para decidir qué semillas plantarán hoy para lograr los éxitos del mañana.
Mis queridos hermanos y amigos, nuestro Señor está presente en cada segmento de nuestra vida, instándonos a aprender de las experiencias y los logros para que nuestros jardines alcancen el máximo de su potencial. Nuestro pasado condicionó nuestro presente y sin dudarlo nuestro presente condicionará nuestro futuro. Todo lo que hagamos hoy lo deberíamos ver con un ojo puesto en el objetivo inmediato y el otro ojo mirando hacia el futuro que nos deparará tal acción. Miremos hacia adelante y corramos hacia la meta, allá nos espera el Señor con una corona preparada para nosotros.
Que Dios te bendiga
-Me dedico al estudio de la física, dijo Einstein.
El estudiante exclamó: ¿Quiere decir que usted sigue estudiando física? Yo terminé el año pasado.
Una de las grandes tentaciones en la vida es dividirla en épocas y pensar en cada una como un fin en sí misma. El estudiante piensa en el diploma del colegio secundario como una meta, pero no lo relaciona con lo que quiere hacer en la vida. El egresado tal vez consiga el trabajo de su elección y nunca considere que podría hacer otros trabajos en el futuro.
Cuántas veces hemos visto a un muchacho y una muchacha que se comprometen en matrimonio, gastan una fortuna y cientos de horas preparando la boda, con poca o ninguna preparación para los años de matrimonio que tienen por delante.
O tal vez hemos visto un matrimonio que espera el nacimiento del hijo sin saber en realidad lo que significa la paternidad.
El huerto de la vida es un ciclo continuo de años y estaciones. Quienes cosechan mucho parecen ser las personas que miran hacia atrás y hacia adelante. Miran al pasado para rescatar de sus experiencias las que les servirán para resolver los desafíos del presente. Miran al futuro para decidir qué semillas plantarán hoy para lograr los éxitos del mañana.
Mis queridos hermanos y amigos, nuestro Señor está presente en cada segmento de nuestra vida, instándonos a aprender de las experiencias y los logros para que nuestros jardines alcancen el máximo de su potencial. Nuestro pasado condicionó nuestro presente y sin dudarlo nuestro presente condicionará nuestro futuro. Todo lo que hagamos hoy lo deberíamos ver con un ojo puesto en el objetivo inmediato y el otro ojo mirando hacia el futuro que nos deparará tal acción. Miremos hacia adelante y corramos hacia la meta, allá nos espera el Señor con una corona preparada para nosotros.
Que Dios te bendiga