Lectura de hoy
El cisne y la grulla
Mateo 6:33
Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas...
REFLEXIÓN
Hay una leyenda antigua acerca de un cisne y una grulla. El maravilloso cisne aterrizó a...
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Estudio Bíblico de la semana
A.04.- Siguiendo a Jesús
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Este estudio nos lleva a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del cristianismo como una forma de vida. ... |
El cisne y la grulla
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Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33
Reflexión
Hay una leyenda antigua acerca de un cisne y una grulla. El maravilloso cisne aterrizó a las orillas del agua donde estaba la grulla buscando caracoles. Por unos momentos la grulla miraba al cisne con asombro y luego le preguntó:
- Oye, ¿y de dónde vienes?
- Vengo del cielo, contesta el cisne.
- ¿Y dónde está el cielo?, pregunta la grulla.
- ¡El cielo!, exclama el cisne. ¡El cielo! ¿Nunca haz oído del cielo?
Y el ave maravillosa empieza a describir la grandeza de la eterna ciudad. Le contó acerca de las calles de oro y las puertas y muros hechos de piedras preciosas, del río de la vida, puro como cristal, del árbol de la vida en cuyas hojas habrá sanidad para las naciones. En términos elocuentes el cisne intentó describir las multitudes que viven en el otro mundo, pero sin tener el menor efecto sobre la grulla. Al final la grulla pregunta:
- ¿Y habrá caracoles en el cielo?
- Caracoles, repite el cisne. ¡Por supuesto que no!
- Entonces, dice la grulla mientras continuaba buscando por sus caracoles cerca de las viscosas orillas del agua, tú puedes quedarte con tu cielo. ¡Lo que yo quiero son caracoles!
Mis queridos hermanos y amigos, así somos muchos de nosotros. Las cosas eternales son superiores, pero no queremos dejar esos caracoles de nuestra vida. Cabe preguntarnos ¿dónde tenemos nuestra mirada puesta, en los caracoles o en el cielo?
Que Dios te bendiga
- Oye, ¿y de dónde vienes?
- Vengo del cielo, contesta el cisne.
- ¿Y dónde está el cielo?, pregunta la grulla.
- ¡El cielo!, exclama el cisne. ¡El cielo! ¿Nunca haz oído del cielo?
Y el ave maravillosa empieza a describir la grandeza de la eterna ciudad. Le contó acerca de las calles de oro y las puertas y muros hechos de piedras preciosas, del río de la vida, puro como cristal, del árbol de la vida en cuyas hojas habrá sanidad para las naciones. En términos elocuentes el cisne intentó describir las multitudes que viven en el otro mundo, pero sin tener el menor efecto sobre la grulla. Al final la grulla pregunta:
- ¿Y habrá caracoles en el cielo?
- Caracoles, repite el cisne. ¡Por supuesto que no!
- Entonces, dice la grulla mientras continuaba buscando por sus caracoles cerca de las viscosas orillas del agua, tú puedes quedarte con tu cielo. ¡Lo que yo quiero son caracoles!
Mis queridos hermanos y amigos, así somos muchos de nosotros. Las cosas eternales son superiores, pero no queremos dejar esos caracoles de nuestra vida. Cabe preguntarnos ¿dónde tenemos nuestra mirada puesta, en los caracoles o en el cielo?
Que Dios te bendiga