Lectura de hoy

El hombre que tenía mucho

Hechos 2:44-47

Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas: vendían...

REFLEXIÓN

Una vez había una familia que no era ni rica ni pobre. Vivían en una pequeña casa de campo...

» Continúa     » Escuchar Audio  Escuchar Audio

Reciba diariamente la Lectura de Hoy en su correo electrónico sin ningún compromiso.

Suscribete a Unanimes

Estudio Bíblico de la semana

F.05.- El fruto del Espíritu

Lecturas Estudio detallado del fruto del Espíritu Santo y su significado en la vida del creyente ...

» Descargar     » Escuchar Audio  Estudios

Fíjate en la hormiga

Publicación:  jueves 26 noviembre 2020   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Mira la hormiga, perezoso, observa sus caminos y sé sabio:
Ella, sin tener capitán, gobernador ni señor, prepara en el verano su comida, recoge en el tiempo de la siega su sustento.
Proverbios 6:6-8


Reflexión

El desierto ardía como horno encendido. El sol llameante calcinaba la tierra y fuertes vientos levantaban olas de arena que ennegrecían el cielo. En medio del calor una caravana, que cruzaba el Sahara, se vio de pronto rodeada de negras nubes y debió buscar refugio donde lo hubiera. Pasada la tormenta, la caravana, larga y abatida, miró atentamente al cielo y con paso firme regresó al rumbo que había perdido.

No eran personas ni eran camellos. Eran hormigas. Hormigas que con sólo mirar a las estrellas sabían cómo encontrar su ruta. Las hormigas del Sahara tienen un maravilloso instinto de dirección. Si se desvían, con sólo mirar las estrellas vuelven a encontrar su rumbo. El Dr. Rudiger Wehner, de la Universidad de Zurich, Suiza, lo explicó así: «Esta hormiga, al levantar su mirada a las estrellas, puede ver patrones de luz polarizada. Eso le basta para conducirse a través de la larga travesía.»

La Biblia también habla acerca de la hormiga. En el libro de los Proverbios dice: «¡Mira la hormiga! ¡Observa sus caminos, y sé sabio». La hormiga sabe, por instinto, interpretar las señales de los cielos. Sabe dirigirse a través de vastos desiertos sin perder la dirección. Labora todos los días de su vida y siempre está a la expectativa de algo nuevo. Nunca deja de actuar, nunca deja de trabajar, nunca deja de producir, pase lo que pase.

¿Qué le da ese ánimo? ¿Cómo es que nunca se da por vencida? La respuesta es una lección para todos nosotros. La hormiga se sujeta a leyes. En el caso de la hormiga, esas leyes forman parte de su instinto natural, y sin embargo son leyes. Ahí, precisamente, está la lección.

Mis queridos hermanos y amigos, muchos en este mundo, incluso algunos llamados sabios, no saben que el verdadero triunfo en la vida, incluyendo el dominio propio, consiste en vivir dentro de los parámetros de las leyes éticas y morales de nuestro Dios. Todos los problemas personales y colectivos del ser humano vienen por no reconocer y someterse a los mandamientos morales y espirituales de nuestro Señor. Cuando ignoramos las leyes divinas, nos encontramos sin brújula en medio de un desierto de confusiones. Es entonces que nos damos a las drogas, al alcohol y a la vida desenfrenada. Regresemos al consejo del proverbista: «¡Mira la hormiga! ¡Observa sus caminos, y sé sabio».

Que Dios te bendiga