Lectura de hoy

A mi vecino

Mateo 7:12

Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced...

REFLEXIÓN

Cuenta un amigo la siguiente historia: Una noche vino un hombre a nuestra casa y me dijo:...

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F.06.- Comunión con Dios

Lecturas Estudio sobre nuestra comunión con Dios. ...

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¿Qué hacer cuando el piloto se muere?

Publicación:  miĆ©rcoles 7 octubre 2020   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin el permiso de vuestro Padre. Pues bien, aun vuestros cabellos están todos contados. Así que no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos. Mateo 10:29-31


Reflexión

Tranquilo iba el vuelo en la pequeña avioneta Cessna. Era el anochecer y se acercaban a Flagstaff, Arizona. En el avión iban el piloto William Graham, y un pasajero, amigo suyo, Mateo Kornblum. Todo iba normal cuando, de repente, William Graham se llevó una mano al corazón. «No me siento bien», alcanzó a decir. En seguida se desmayó. Kornblum logró apartar al piloto de los controles y tomar él mismo los del lado suyo. Pero Kornblum nunca antes había pilotado un avión. ¿Qué iba a hacer? La oscuridad se acercaba, estaban entre montañas y él no sabía nada de aviones.

Kornblum se había dado cuenta de cómo su amigo William, el piloto, manejaba la radio, y en seguida dio aviso de que su piloto se había desmayado. La respuesta fue inmediata. «No se aflija. Desde acá recibirá instrucciones.»

Así fue. Kornblum prosiguió a describir la posición de todo en el tablero y sistemáticamente fue recibiendo instrucciones. En cierto momento oyó otra voz, pero no la del aeropuerto. Era la voz de Julio, que volaba a su lado en otra avioneta. Julio fue describiendo, paso a paso, cómo hacer descender el avión sobre la pista y así sucedió algo que Kornblum nunca creyó poder hacer: aterrizó sano y salvo. Lo que Kornblum no sabía era que su amigo, William Graham, había muerto.

Debe de ser horrible volar en una pequeña avioneta cuyo piloto ha muerto, sin saber uno cómo pilotarla. ¿Qué hacer? Tres cosas hizo Kornblum: sintonizó la radio, siguió las instrucciones y tuvo fe en el piloto que volaba a su lado.

Mis queridos hermanos y amigos, ¿Qué hacer cuando algo imprevisto y grave nos sucede en la vida? El incendio de la casa. Un accidente de tránsito. Un naufragio en alta mar. ¿Qué podemos hacer? ¿Qué hacer cuando descubrimos la infidelidad de nuestro cónyuge, cuando comprobamos que un hijo es drogadicto, cuando, por desfalco de un socio, todo el negocio se viene abajo? ¿Qué hacer? ¿Reaccionar con violencia? ¿Armarnos de un revólver? ¿Acaso escapar al alcohol?

Nada de eso es necesario. Todos tenemos un piloto inmortal para guiarnos. Ese piloto es Jesucristo. Él puede, con toda calma, guiarnos a puerto seguro. Pero tenemos que hacer lo que hizo Kornblum: mantener la sintonía con Dios en oración, atender a las instrucciones de su Palabra, la Biblia, y tener fe en Él. Ese piloto nos llevará a buen puerto... siempre.

Que Dios te bendiga