Lectura de hoy

Ángel de la muerte

Eclesiastés 7:14

En el día del bien goza del bien, y en el día de la adversidad, reflexiona. Dios hizo tanto...

REFLEXIÓN

En cierta ocasión, el amo de una viña grande mandó a uno de sus mejores criados a realizar...

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Gauss, niño prodigio

Publicación:  lunes 27 septiembre 2021   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Mateo 5:13-16


Reflexión

Johann Karl Friedrich Gauss fue uno de los más grandes matemáticos de la historia. Su precocidad en relación con las matemáticas se pone de manifiesto en las siguientes anécdotas:

Antes de cumplir 3 años se encontraba con que su padre estaba preparando la nómina de los obreros que de él dependían. El joven Gauss seguía con gran atención los cálculos del padre y le dijo al terminar : “Padre has hecho mal la cuenta, el resultado debe ser … “. El padre al repasar los cálculos comprobó con sorpresa que el hijo tenía razón. La historia es todavía más sorprendente si tenemos en cuenta que nadie le había enseñado a leer.

Un día en la escuela cuando tenía 10 años el maestro propuso como ejercicio sumar 100 números consecutivos. Hay un método sencillo para hacerlo que el maestro conocía pero sus alumnos no. Era costumbre que el primero en acabar el ejercicio debía dejar su pizarra sobre la mesa del maestro, el siguiente alumno encima de la del primero y así sucesivamente. Nada más terminar el maestro el enunciado del ejercicio Gauss puso su pizarra sobre la mesa del maestro. Cuando al cabo de una hora acabaron sus compañeros, el maestro comprobó sorprendido cómo el resultado que aparecía en la pizarra de Gauss era el correcto. A Gauss, ya mayor, le gustaba contar cómo el resultado de su pizarra era el único correcto. El maestro quedó tan impresionado que de su propio bolsillo compró un libro de aritmética y se lo regaló a Gauss quien rápidamente lo devoró.

Mis queridos hermanos y amigos, nunca menospreciemos la habilidad y el talento que podemos encontrar en un niño, porque podríamos estar frente a un Gauss o un Einstein. Ellos, los niños prodigio, pueden encontrarse en un comedor infantil para niños en pobreza, o pueden haber nacido en cuna de oro. Ese talento dado por Dios está esperando ser descubierto y potenciado, solo falta que pongamos delante de él las oportunidades para que florezca. Nuestro Señor nos ha puesto a nosotros como dadores de oportunidades para que la gente crezca, estamos allí como instrumentos en la manos de Dios para bendición de otros, estamos allí para ser… luz y sal.

Que Dios te bendiga