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¿Buena Suerte? ¿Mala Suerte? ¿Quién Sabe?

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REFLEXIÓN

Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar...

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F.06.- Comunión con Dios

Lecturas Estudio sobre nuestra comunión con Dios. ...

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Abuelas que oran

Publicación:  jueves 24 junio 2021   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Vosotros, pues, oraréis así:
»“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Mateo 6:9-10


Reflexión

Durante cincuenta años, la Hermana Agnes y la señora Baker oraron para que su país, Letonia, obtuviese la liberación de la opresión soviética. Sobre todo, clamaron por la libertad de poder adorar otra vez en su Iglesia Metodista en Liepaja. Cuando el régimen ateo soviético usurpó el poder el 15 de junio de 1940, los enemigos invasores se apoderaron de la iglesia y convirtieron el santuario en un salón de deportes.

La opresión llegó a su final 51 años después, en el año 1991. Los soviéticos se marcharon y la pequeña nación fue liberada. Era imperioso reconstruir la iglesia y la Hermana Agnes y la señora Baker estaban decididas a prestar la ayuda necesaria.

Primero, las dos mujeres de más de ochenta años de edad, hablaron con un ministro local. Le dijeron que si él estaba de acuerdo en ser su pastor, ellas serían los primeros miembros de la congregación. ¡Una iglesia acaba de renacer!

El próximo paso era recuperar el título de propiedad del edificio. Una vez conseguido, comenzaron a arreglar la iglesia para la celebración de los servicios. Una de las mujeres asumió la responsabilidad de pintar las paredes de veinticinco pies de alto. Por varias semanas ella colocó los andamios y pintó las paredes y el techo. Los altos ventanales, construidos al estilo del arquitecto italiano Andrea Paladio, fueron limpiados hasta sacarle un brillo reluciente y el lustre le fue restaurado al piso de madera.

Gracias a una investigación minuciosa llevada a cabo por los miembros de la iglesia, los bancos originales fueron encontrados en un almacén en las afueras de la ciudad. Los mismos fueron regresados y colocados en su debido lugar, para ser usados por los adoradores. La Hermana Agnes había guardado en su casa el órgano de la iglesia y lo devolvió al santuario. Cuando ella no dirigía el coro, tocaba el órgano con gran entusiasmo.

¡Dios había sido fiel! Lenin había pronosticado que el cristianismo dejaría de existir en la próxima generación. Dijo que después de la muerte de las abuelas, no quedarían más cristianos. ¡Pero él no conocía a la Hermana Agnes, a la señora Baker y al Dios que ambas amaban!

Mis queridos hermanos y amigos, nuestro Dios tenía dispuesto para la ciudad de Liepaja que, 51 años después de la conquista soviética, la iglesia se reedificara. Él le concedió a las abuelas ver cómo Su voluntad era hecha. La Hermana Agnes y la señora Baker no sabían si Dios iba a hacer Su milagro pero sí sabían que la oración las iba a sostener a ellas. Como dijo Martín Lutero: "'La oración no es para cambiar los planes de Dios. Es para confiar y descansar en Su soberana voluntad."

Que Dios te bendiga