Lectura de hoy

Ángel de la muerte

Eclesiastés 7:14

En el día del bien goza del bien, y en el día de la adversidad, reflexiona. Dios hizo tanto...

REFLEXIÓN

En cierta ocasión, el amo de una viña grande mandó a uno de sus mejores criados a realizar...

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Los Ángeles o L.A.

Publicación:  miércoles 23 junio 2021   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré de comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual nadie conoce sino el que lo recibe. Apocalipsis 2:17


Reflexión

Hay personas, ciudades o lugares que tienen nombres que se tornan comunes en el diario vivir, pero que en realidad el origen de los mismos es impresionante o a veces enigmático.

La ciudad de Los Ángeles en el estado de California es uno de esos casos. El nombre real de esa ciudad es: Pueblo de Nuestra Señora la Reina de Los Ángeles de la Porciúncula.

Los Ángeles fue fundada el 4 de septiembre de 1,781 por 44 españoles con el nombre oficial de "El Pueblo de la Reina de los Ángeles", nombre que se amplificaría en la imaginación popular y en la historia a "El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles de la Porciúncula", por el nombre que el explorador y misionero Juan Crespi dio al Río de Los Ángeles en el año 1769. Dicho nombre se derivaba de la tradición franciscana, la Porciúncula (literalmente "pequeña porción") que es el nombre coloquial de la primera capilla restaurada por Francisco de Asís. Fray Junípero Serra y los primeros misioneros de California pertenecían, en efecto, a la Orden Franciscana. Como es un nombre largo, se abrevió a Los Ángeles y si hay prisa solo se le dice: L.A.

Mis queridos hermanos y amigos, para Dios los nombres tienen también profundo significado, no por lo que quieren decir sino por quién lo lleva. Él nos conoce por nuestro nombre y día a día nos llama por nombre aunque nosotros no lo escuchemos. Sus planes personales para nosotros llevan incluido nuestro nombre y un día, dice la Biblia, nos dará un nombre nuevo y con él, un cuerpo glorioso y una vida nueva. Todos los creyentes esperamos con ansias ese glorioso día. ¿Lo esperas tú?

Que Dios te bendiga