Lectura de hoy
Comida para perros
Mateo 19:13-15
Entonces le fueron presentados unos niños para que pusiera las manos sobre ellos y orara...
REFLEXIÓN
Normalmente los productos se prueban primero en animales para comprobar si son aptos para...
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Estudio Bíblico de la semana
A.04.- Siguiendo a Jesús
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Este estudio nos lleva a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del cristianismo como una forma de vida. ... |
La silla
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...Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo... Mateo 28:20
Reflexión
La hija de un hombre le pidió al ministro de su iglesia que fuera a su casa a hacer una oración por su padre que estaba muy enfermo. Cuando el ministro llegó a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas.
El enfermo le manifestó al ministro lo siguiente: Cuando he estado en la iglesia siempre he escuchado respecto a la oración, que se debe orar y los beneficios que trae, etc., pero esto de las oraciones me entró por un oído y salió por el otro, pues no tengo idea de cómo hacerlo. Entonces hace mucho tiempo abandoné por completo la oración.
Esto ha sido así hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo: “José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas… te sientas en una silla y colocas otra silla vacía en frente tuyo, luego con fe miras a Jesús sentado delante tuyo. No es algo alocado el hacerlo pues él nos dijo: ”Yo estaré siempre con ustedes”. Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora mismo”.
“Así lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces”. “Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija pues me internaría de inmediato en un asilo para enfermos mentales”.
El ministro sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno lo que había estado haciendo y que no cesara de hacerlo, luego hizo una oración con él, le extendió una bendición y se fue a su iglesia.
Dos días después, la hija de José llamó al ministro para decirle que su padre había fallecido. El ministro le preguntó: ¿Falleció en paz?”.
“Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama, me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso. Cuando regresé de hacer compras una hora más tarde ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella. Así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?”
El ministro se secó las lágrimas de emoción y le respondió: “Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera”.
Mis queridos hermanos y amigos, no le demos a la oración un carácter religioso o formal. Conversemos con Dios, contémosle nuestras inquietudes y dudas y busquemos sus respuestas en su Palabra. Nosotros le hablamos a Dios a través de la oración, Él nos habla a través de La Biblia… es su Palabra. La próxima vez que en nuestro vehículo, en nuestra casa o en nuestro lugar de trabajo le hablemos a nuestro Señor recordemos, Él nos está escuchando y nos está esperando en Su Palabra, allí encontraremos Sus respuestas.
Que Dios te bendiga
El enfermo le manifestó al ministro lo siguiente: Cuando he estado en la iglesia siempre he escuchado respecto a la oración, que se debe orar y los beneficios que trae, etc., pero esto de las oraciones me entró por un oído y salió por el otro, pues no tengo idea de cómo hacerlo. Entonces hace mucho tiempo abandoné por completo la oración.
Esto ha sido así hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo: “José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas… te sientas en una silla y colocas otra silla vacía en frente tuyo, luego con fe miras a Jesús sentado delante tuyo. No es algo alocado el hacerlo pues él nos dijo: ”Yo estaré siempre con ustedes”. Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora mismo”.
“Así lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces”. “Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija pues me internaría de inmediato en un asilo para enfermos mentales”.
El ministro sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno lo que había estado haciendo y que no cesara de hacerlo, luego hizo una oración con él, le extendió una bendición y se fue a su iglesia.
Dos días después, la hija de José llamó al ministro para decirle que su padre había fallecido. El ministro le preguntó: ¿Falleció en paz?”.
“Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama, me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso. Cuando regresé de hacer compras una hora más tarde ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella. Así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?”
El ministro se secó las lágrimas de emoción y le respondió: “Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera”.
Mis queridos hermanos y amigos, no le demos a la oración un carácter religioso o formal. Conversemos con Dios, contémosle nuestras inquietudes y dudas y busquemos sus respuestas en su Palabra. Nosotros le hablamos a Dios a través de la oración, Él nos habla a través de La Biblia… es su Palabra. La próxima vez que en nuestro vehículo, en nuestra casa o en nuestro lugar de trabajo le hablemos a nuestro Señor recordemos, Él nos está escuchando y nos está esperando en Su Palabra, allí encontraremos Sus respuestas.
Que Dios te bendiga