Lectura de hoy
Reservas ocultas en el avión
1 Tesalonicenses 5:16-18
Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de...
REFLEXIÓN
Una noche de 1968 el piloto de un avión de pasajeros con destino a Nueva York se dio cuenta...
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Estudio Bíblico de la semana
A.03.- El Jesús histórico
Este estudio demuestra con claridad que Jesús es el Mesías esperado y el Hijo de Dios. Se citan las profecías más conocidas del Antiguo Testamento cumplidas en Jesús 400 o más años después. ... |
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Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12
Reflexión
Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en su laboratorio en búsqueda de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.
De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta engomada se lo entregó a su hijo diciendo: “como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie”. Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así.
Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente.”Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.
Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que a su edad haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo.
Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo fue capaz el niño de hacerlo?
- Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?
- Papá, yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo.
Mis queridos hermanos y amigos, sin duda el hombre es quien tiene al mundo así. No importa cuanto queramos evadir nuestra responsabilidad, el mundo fue puesto bajo nuestra administración y hemos sido incapaces de mejorarlo… solo lo empeoramos. La razón es clara, administramos con egoísmo. Amar al prójimo como a nosotros mismos implica servirle, administrar a su favor, agregar valor a su vida. Para hacerlo debemos amar a Dios sobre todas las cosas lo cual nos capacita para amar a nuestro prójimo como Dios mismo lo ama. En estos dos mandatos resumió Jesús toda la Escritura. La pregunta procede:¿Qué vamos a hacer con esos dos mandatos?
Que Dios te bendiga
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.
De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta engomada se lo entregó a su hijo diciendo: “como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie”. Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así.
Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente.”Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.
Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que a su edad haya conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo.
Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo fue capaz el niño de hacerlo?
- Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?
- Papá, yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo.
Mis queridos hermanos y amigos, sin duda el hombre es quien tiene al mundo así. No importa cuanto queramos evadir nuestra responsabilidad, el mundo fue puesto bajo nuestra administración y hemos sido incapaces de mejorarlo… solo lo empeoramos. La razón es clara, administramos con egoísmo. Amar al prójimo como a nosotros mismos implica servirle, administrar a su favor, agregar valor a su vida. Para hacerlo debemos amar a Dios sobre todas las cosas lo cual nos capacita para amar a nuestro prójimo como Dios mismo lo ama. En estos dos mandatos resumió Jesús toda la Escritura. La pregunta procede:¿Qué vamos a hacer con esos dos mandatos?
Que Dios te bendiga