Lectura de hoy

¿Buena Suerte? ¿Mala Suerte? ¿Quién Sabe?

Romanos 8:28

Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a...

REFLEXIÓN

Una historia china habla de un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar...

» Continúa     » Escuchar Audio  Escuchar Audio

Reciba diariamente la Lectura de Hoy en su correo electrónico sin ningún compromiso.

Suscribete a Unanimes

Estudio Bíblico de la semana

F.06.- Comunión con Dios

Lecturas Estudio sobre nuestra comunión con Dios. ...

» Descargar     » Escuchar Audio  Estudios

Transfusión

Publicación:  martes 2 marzo 2021   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Juan 15:13


Reflexión

Hace muchos años, en un hospital de Stanford, había a una niñita llamada Liz, que sufría de una extraña enfermedad. Su única oportunidad de recuperarse era una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, quien había sobrevivido a la misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla.

El doctor explicó la situación al hermano de la niña y le preguntó si estaría dispuesto a darle su sangre. Él dudó por un momento antes de tomar un gran suspiro y dijo: “Sí, lo haré si eso salva a Liz”.

Mientras la transfusión se hacía, él estaba acostado en una cama al lado de su hermana muy sonriente, mientras los médicos los asistían y veían regresar el color a las mejillas de la niña. De pronto el pequeño se puso pálido y su sonrisa desapareció. Miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: “¿A qué hora empezaré a morir?”

Pobre muchacho, no había comprendido al doctor: pensaba que tendría que darle toda su sangre a su hermana y aun así había aceptado.

Mis queridos hermanos y amigos, dar la vida por alguien es la muestra de amor más grande y sublime que cualquier ser humano puede hacer. ¿Nosotros seríamos capaces de dar la vida por alguien? ¿Tal vez por nuestro cónyuge o hijos? ¿Estaríamos dispuestos a cesar nuestra existencia en este mundo con el propósito de prolongar la vida de alguien más? En efecto, esta es una pregunta muy difícil, sin embargo alguien ya lo hizo por nosotros… Jesús de Nazareth, el eterno Hijo de Dios encarnado en un hombre. Él voluntariamente dio su vida para que nosotros pudiéramos tener abundancia de vida en este mundo y en la eternidad. Desde esa cruz hoy podemos oír esa oferta, te cambio tu vida por la mía… ¿aceptas?

Que Dios te bendiga