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¿Debilidad?

Publicación:  martes 26 enero 2021   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. 2 Corintios 12: 9-10


Reflexión

Un muchacho de 10 años había sufrido un trágico accidente y como consecuencia de esto le tuvieron que amputar el brazo izquierdo. El muchacho se recuperó emocionalmente y decidió aprender el Judo. Su Sensei (maestro) era un anciano chino experto en este arte marcial.

Después de tres meses, el muchacho había aprendido sólo un movimiento y le pidió a su maestro que le enseñara otros. El sabio Sensei le dijo que, a causa de que él solamente tenía un brazo, esto era todo lo que él podría aprender.

Poco después, el muchacho entró en un torneo dónde logró calificar en los juegos semifinales ante un rival más grande y más experimentado. No le parecía a nadie que el muchacho pudiese ganar. Después de una larga lucha, su oponente empezó a perder la concentración. El joven aprovechó esto y logró tirar al suelo a su superior rival.

En el camino a casa, el muchacho le preguntó a su Sensei. “¿Cómo fue que pude ganar con sólo un movimiento?”

El Sensei le contestó: “Tú has logrado casi dominar uno de los movimientos más difíciles en todo el judo. Y la única defensa contra ese movimiento, es que tu rival te agarre de tu brazo izquierdo; pero como tú no tienes brazo izquierdo, esa debilidad fue la que te hizo ganar”.

Mis queridos hermanos y amigos, para enfrentar las grandes y variadas clases de luchas que se nos presentan en la vida necesitamos las instrucciones de un gran maestro. Sé honesto contigo mismo y reconoce tus debilidades. Busca la ayuda de Dios, por medio de Jesucristo, para que te ayude a convertir tu debilidad en tu mayor fortaleza.

Que Dios te bendiga