Lectura de hoy
A mi vecino
Mateo 7:12
Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced...
REFLEXIÓN
Cuenta un amigo la siguiente historia: Una noche vino un hombre a nuestra casa y me dijo:...
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Estudio Bíblico de la semana
El problema
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De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17
Reflexión
En un castillo oriental un día, repentinamente, se encontraron con la muerte de uno de sus guardianes y fue preciso encontrar un substituto.
El gran Maestro convocó a todos los discípulos para determinar quién sería el nuevo centinela y con mucha calma dijo: “Asumirá el puesto quien resuelva el problema que voy a presentar”.
Entonces, colocó una magnífica mesa en el centro de la sala con un jarrón de porcelana y una rosa de extraordinaria belleza en él, y dijo así: “¡Aquí está el problema!”
Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: un hermoso jarrón, una maravillosa flor en el centro. ¿Qué representaría? ¿Qué hacer? ¿Cuál es el enigma? En ese instante, uno de los discípulos sacó una espada, miro al gran Maestro y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y… ¡zaz!… destruyó todo de un solo golpe.
Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el gran Maestro dijo: “Usted será el nuevo guardián del Castillo”. La resolución el enigma es muy simple. Aunque veas algo muy lindo, si hay un problema, precisa ser eliminado. Un problema es un problema y no podemos asumir riesgos.
Mis queridos hermanos y amigos, muchas personas cargan la vida entera con el peso de cosas que fueron importantes en el pasado y que hoy solo ocupan un espacio inútil en sus corazones y mentes. Si el problema es un sentimiento de rencor o reproche que en algún momento nos hizo daño, eso solo forma parte de un pasado, un pasado que ya pasó.
Hay un proverbio chino que dice: “Para poder beber vino es necesario tirar primero el té”. Limpiemos nuestra vida, comencemos por las gavetas, armarios, hasta llegar a las cosas que ya no tienen más sentido y que están ocupando espacio, que muchas veces, lejos de ayudarnos, nos hieren e impiden tomar un curso diferente y de mayor bendición en nuestra vida.
El pasado sirve como lección, como experiencia, como referencia. El pasado sirve para ser recordado, no para ser revivido. Aprendamos de las experiencias del pasado para vivir en el presente y así poder construir nuestro futuro. Nuestra dirección es para adelante, no para atrás.
Que Dios te bendiga
El gran Maestro convocó a todos los discípulos para determinar quién sería el nuevo centinela y con mucha calma dijo: “Asumirá el puesto quien resuelva el problema que voy a presentar”.
Entonces, colocó una magnífica mesa en el centro de la sala con un jarrón de porcelana y una rosa de extraordinaria belleza en él, y dijo así: “¡Aquí está el problema!”
Todos quedaron asombrados mirando aquella escena: un hermoso jarrón, una maravillosa flor en el centro. ¿Qué representaría? ¿Qué hacer? ¿Cuál es el enigma? En ese instante, uno de los discípulos sacó una espada, miro al gran Maestro y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y… ¡zaz!… destruyó todo de un solo golpe.
Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el gran Maestro dijo: “Usted será el nuevo guardián del Castillo”. La resolución el enigma es muy simple. Aunque veas algo muy lindo, si hay un problema, precisa ser eliminado. Un problema es un problema y no podemos asumir riesgos.
Mis queridos hermanos y amigos, muchas personas cargan la vida entera con el peso de cosas que fueron importantes en el pasado y que hoy solo ocupan un espacio inútil en sus corazones y mentes. Si el problema es un sentimiento de rencor o reproche que en algún momento nos hizo daño, eso solo forma parte de un pasado, un pasado que ya pasó.
Hay un proverbio chino que dice: “Para poder beber vino es necesario tirar primero el té”. Limpiemos nuestra vida, comencemos por las gavetas, armarios, hasta llegar a las cosas que ya no tienen más sentido y que están ocupando espacio, que muchas veces, lejos de ayudarnos, nos hieren e impiden tomar un curso diferente y de mayor bendición en nuestra vida.
El pasado sirve como lección, como experiencia, como referencia. El pasado sirve para ser recordado, no para ser revivido. Aprendamos de las experiencias del pasado para vivir en el presente y así poder construir nuestro futuro. Nuestra dirección es para adelante, no para atrás.
Que Dios te bendiga