Lectura de hoy

Al rojo vivo

1 Juan 4:4

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros...

REFLEXIÓN

Cierto día un joven estaba en el taller de un herrero, y este se mofaba del muchacho diciéndole:...

» Continúa     » Escuchar Audio  Escuchar Audio

Reciba diariamente la Lectura de Hoy en su correo electrónico sin ningún compromiso.

Suscribete a Unanimes

Estudio Bíblico de la semana

H.02.- La era de la inocencia

Lecturas El presente estudio analiza, dentro de la historia bíblica, el intervalo de tiempo ocurrido entre la creación del ser humano hasta su caída. ...

» Descargar     » Escuchar Audio  Estudios

En las olimpíadas

Publicación:  martes 4 junio 2024   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den mantenimiento, aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales, con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi salvación.
Jehová, el Señor, es mi fortaleza; él me da pies como de ciervas y me hace caminar por las alturas.
Habacuc 3:17-19


Reflexión

En una ocasión en la carrera de los 100 mts con obstáculos de las olimpiadas de 1980, salieron los 8 competidores. El número 5 botó el primer obstáculo, luego el segundo y el tercero; su desesperación fue tanta que no pudo saltar totalmente el cuarto y tropezó cayendo pesadamente. Desde el suelo vio a los demás alejarse, sin embargo se puso en pie y continuó la carrera; se dio cuenta de que su rodilla sangraba y que su pierna no tenia la fuerza necesaria por el golpe, pero aún continuó; tropezando más adelante con otro obstáculo y cayendo nuevamente.

En ese punto ya los otros competidores habían pasado la meta y los que estaban alrededor de la pista le decían que saliera de la pista pues estaba sangrando y de todas formas ya no iba a ganar la carrera; pero este atleta no les hizo caso, se levantó y siguió adelante, su objetivo era llegar a la meta y lo iba a lograr sin importar lo que pasara. La gente en las graderías estaba atónita al ver la persistencia de aquel hombre.

Finalmente llegó al final de la pista. En ese momento todo el estadio olímpico se puso en pie y estalló en una ovación al hombre que había demostrado qué era lo mas importante en una carrera: ¡Perseverar hasta el final sin importar los tropiezos!

Mis queridos hermanos y amigos, en esta vida sentimos frecuentemente que hemos caído demasiadas veces y que ya no podemos más, pues pensamos que la carrera está perdida.

Nunca estamos tan abajo que Dios no nos pueda levantar, ni tan lejos que Dios no nos pueda alcanzar. ¡Sigamos! Sigamos hasta el final... que ahí estará nuestro Creador con los brazos abiertos, aplaudiendo nuestra perseverancia y confianza en Él, dándonos las fuerzas que requerimos para continuar y dispuesto a entregarnos nuestra corona de vencedores… ¡Sigamos hasta la meta! Esa es la voluntad de nuestro Señor y debe ser la nuestra.

Que Dios te bendiga