Lectura de hoy

Al rojo vivo

1 Juan 4:4

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros...

REFLEXIÓN

Cierto día un joven estaba en el taller de un herrero, y este se mofaba del muchacho diciéndole:...

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Estudio Bíblico de la semana

H.02.- La era de la inocencia

Lecturas El presente estudio analiza, dentro de la historia bíblica, el intervalo de tiempo ocurrido entre la creación del ser humano hasta su caída. ...

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Publicación:  lunes 20 mayo 2024   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Conoce, pues, que Jehová, tu Dios, es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta por mil generaciones, Deuteronomio 7:9


Reflexión

José está en el centro de la ciudad dando vueltas y más vueltas en un intento desesperado por estacionar su vehículo. Da una vuelta, espera, va un poco más lejos, espera, da otra vuelta...  y nada.

Desesperado, levanta la vista al cielo y dice: "Señor, si me encuentras un espacio para aparcar en cinco minutos, te prometo orar más a menudo, ayunar 4 días a la semana, asistir a todos los servicios que se realicen en la iglesia, asistir a las campañas y diezmar y ofrendar y dar mis primicias".

Entonces, de forma milagrosa, queda libre un puesto justo delante de su coche.

José, emocionado, mira al cielo y dice:

— Señor, mira, mejor no te molestes que acabo de encontrar un buen lugar.

Mis queridos hermanos y amigos, con cuanta frecuencia nosotros rompemos nuestros compromisos con Dios. Un día le prometemos obedecerle y al día siguiente estemos haciendo lo opuesto. Cuando necesitamos de Él lo buscamos y cuando creemos que no le necesitamos, vivimos nuestra vida como nos da la gana. Se nos olvida que Él es Dios, el ser más poderoso, más santo, más amoroso y más justo que hay en todo el universo. Nos atrevemos a "engañar" a un ser de ese calibre.  Él nos pide que vivamos la vida como Él dice y nosotros le respondemos que mejor vivimos la vida como nosotros queremos… como si supiéramos más que Él, como si fuéramos mejores dioses que Él. El ser humano es un mal dios, hace un pobre y disminuido papel de dios. En cambio, el Dios de la Biblia es supremo, santísimo, conocedor de todas las cosas, todopoderoso y lleno de amor y misericordia para nosotros. Obedezcámosle en lo más pequeño y le honraremos en lo más grande.

Que Dios te bendiga