Lectura de hoy
Depender de Dios
Mateo 6:31-33
No os angustiéis, pues, diciendo: "¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?"...
REFLEXIÓN
Un hombre agricultor de pocos recursos económicos se marchaba de San Kilda, su isla natal...
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Estudio Bíblico de la semana
F.07.- Los tres elementos de la comunión
Estudio sobre los tres elementos necesarios para tener comunión con Dios, desde el Antiguo Testamento hasta hoy ... |
¿A dónde debo entrar?
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Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes.
Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, vestidos con la coraza de justicia y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Efesios 6:11-17
Reflexión
En una de las grandes batallas de la Guerra Civil, en Estados Unidos un recluta que había perdido su compañía durante una gran confusión, se aproximó tímidamente al general Sheridan y le preguntó que ha dónde debía entrar.
--¿Entrar? –rugió el general con una voz de trueno tan terrible que aterrizó al ya asustado recluta, más que todo el cañoneo y el estruendo de los mosquetes--, entra a dondequiera; se está combatiendo en toda la línea.
Mis queridos hermanos y amigos, así es nuestra vida, un combate en todas las líneas. Tenemos amenazas en la familia, en el trabajo, en nuestro servicio a Dios. Es importante no olvidar que el Señor provee las armas para combatir y salir vencedores, ¡usémoslas!
Que Dios te bendiga
--¿Entrar? –rugió el general con una voz de trueno tan terrible que aterrizó al ya asustado recluta, más que todo el cañoneo y el estruendo de los mosquetes--, entra a dondequiera; se está combatiendo en toda la línea.
Mis queridos hermanos y amigos, así es nuestra vida, un combate en todas las líneas. Tenemos amenazas en la familia, en el trabajo, en nuestro servicio a Dios. Es importante no olvidar que el Señor provee las armas para combatir y salir vencedores, ¡usémoslas!
Que Dios te bendiga