Lectura de hoy
Terremoto
Josué 1:9
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el...
REFLEXIÓN
Durante un terremoto, ocurrido hace unos pocos años, los habitantes de una pequeña ciudad...
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Estudio Bíblico de la semana
F.07.- Los tres elementos de la comunión
Estudio sobre los tres elementos necesarios para tener comunión con Dios, desde el Antiguo Testamento hasta hoy ... |
Habia una vez un hombre rico
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También les refirió una parábola, diciendo: «La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: "¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos?" Y dijo: "Esto haré: derribaré mis graneros y los edificaré más grandes, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: «Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y regocíjate» ". Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has guardado, ¿de quién será?" Lucas 12:16-20
Reflexión
La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y derribó sus graneros y los edificó mejores, y allí juntó todos sus frutos. Y había mendigos a la puerta de él, deseando hartarse de las migajas que caían de su mesa, mas nadie se las daba.
Y el rico subía todos los días al templo a orar. Y junto a él iba siempre su hijito Samuel. Y de pie oraba el rico. De esta manera: Señor, te doy gracias que no soy como los otros hombres. Señor, te doy gracias por mi trigo, y por mi maíz y por mis alfolíes. Señor, ¡ayuda a los mendigos, a los hambrientos, a los pobres que no tienen las bendiciones materiales que tengo yo! Y mientras oraba, lloraba.
Y aconteció un día, que el pequeño Samuel, después de la visita al templo llegó hasta su padre y le dijo: Padre, hoy como ayer, he escuchado tu oración. ¡Cómo quisiera tener alguno de tus depósitos de trigo! Y el padre le dijo: Todas mis cosas son tuyas. ¿Qué harías con el trigo si lo tuvieras?
Y respondió el hijo: ¡Yo contestaría tus oraciones!
Mis queridos hermanos y amigos, en muchas ocasiones cuando oramos, la respuesta a nuestra oración se encuentra debajo de nuestras narices. Hay acciones que Dios toma sobrenaturalmente en respuesta a una oración y hay otras que nosotros podríamos hacer en Su nombre, si verdaderamente fuésemos honestos con Él y con nosotros mismos. Vayamos a nuestro Padre en oración y hagamos aquí en la tierra lo que Él nos ha mandado. Esa voluntad divina está claramente detallada en Su Palabra, en la Biblia.
Que Dios te bendiga
Y el rico subía todos los días al templo a orar. Y junto a él iba siempre su hijito Samuel. Y de pie oraba el rico. De esta manera: Señor, te doy gracias que no soy como los otros hombres. Señor, te doy gracias por mi trigo, y por mi maíz y por mis alfolíes. Señor, ¡ayuda a los mendigos, a los hambrientos, a los pobres que no tienen las bendiciones materiales que tengo yo! Y mientras oraba, lloraba.
Y aconteció un día, que el pequeño Samuel, después de la visita al templo llegó hasta su padre y le dijo: Padre, hoy como ayer, he escuchado tu oración. ¡Cómo quisiera tener alguno de tus depósitos de trigo! Y el padre le dijo: Todas mis cosas son tuyas. ¿Qué harías con el trigo si lo tuvieras?
Y respondió el hijo: ¡Yo contestaría tus oraciones!
Mis queridos hermanos y amigos, en muchas ocasiones cuando oramos, la respuesta a nuestra oración se encuentra debajo de nuestras narices. Hay acciones que Dios toma sobrenaturalmente en respuesta a una oración y hay otras que nosotros podríamos hacer en Su nombre, si verdaderamente fuésemos honestos con Él y con nosotros mismos. Vayamos a nuestro Padre en oración y hagamos aquí en la tierra lo que Él nos ha mandado. Esa voluntad divina está claramente detallada en Su Palabra, en la Biblia.
Que Dios te bendiga