Lectura de hoy
Terremoto
Josué 1:9
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el...
REFLEXIÓN
Durante un terremoto, ocurrido hace unos pocos años, los habitantes de una pequeña ciudad...
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Estudio Bíblico de la semana
F.07.- Los tres elementos de la comunión
Estudio sobre los tres elementos necesarios para tener comunión con Dios, desde el Antiguo Testamento hasta hoy ... |
La parabola africana
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El Señor peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados. Entonces dijo el Señor a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha. Y tú, levanta tu vara y extiende tu mano sobre el mar y divídelo; y los hijos de Israel pasarán por en medio del mar, sobre tierra seca. Éxodo 14:14-16
Reflexión
Cada mañana en África, una gacela se despierta. Sabe que tiene que correr más rápido que el león, porque si no, morirá.
Cada mañana en África un león se despierta. Sabe que tiene que superar en velocidad a la gacela porque si no, se morirá de hambre.
No es cuestión de si usted es león o gacela. Cada mañana en África, cuando el sol alumbre, es mejor echarse a correr.
Mis queridos hermanos y amigos. Si para nosotros siempre ha sido difícil transformar nuestros fracasos en victorias, entonces tenemos que empezar a movernos.
No tiene importancia lo que nos haya detenido o por cuánto tiempo nos mantuvimos inactivos. La única manera de romper el ciclo es enfrentar nuestro miedo y entrar en acción, aun cuando esto parezca pequeño o insignificante.
Dios siempre nos desafía a que hagamos nuestra parte, como cuando el pueblo de Israel iba a cruzar el Mar Rojo. Cuando Él desafía, más nos vale correr hacía ese desafío… ya seas león o gacela.
Que Dios te bendiga
Cada mañana en África un león se despierta. Sabe que tiene que superar en velocidad a la gacela porque si no, se morirá de hambre.
No es cuestión de si usted es león o gacela. Cada mañana en África, cuando el sol alumbre, es mejor echarse a correr.
Mis queridos hermanos y amigos. Si para nosotros siempre ha sido difícil transformar nuestros fracasos en victorias, entonces tenemos que empezar a movernos.
No tiene importancia lo que nos haya detenido o por cuánto tiempo nos mantuvimos inactivos. La única manera de romper el ciclo es enfrentar nuestro miedo y entrar en acción, aun cuando esto parezca pequeño o insignificante.
Dios siempre nos desafía a que hagamos nuestra parte, como cuando el pueblo de Israel iba a cruzar el Mar Rojo. Cuando Él desafía, más nos vale correr hacía ese desafío… ya seas león o gacela.
Que Dios te bendiga