Lectura de hoy
Al rojo vivo
1 Juan 4:4
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros...
REFLEXIÓN
Cierto día un joven estaba en el taller de un herrero, y este se mofaba del muchacho diciéndole:...
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Estudio Bíblico de la semana
H.02.- La era de la inocencia
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El presente estudio analiza, dentro de la historia bíblica, el intervalo de tiempo ocurrido entre la creación del ser humano hasta su caída. ... |
El organista
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...pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. Efesios 2:10
Reflexión
Un organista de una iglesia estaba practicando una pieza de Felix Mendelssohn y no estaba tocando muy bien. Frustrado, recogió su música y se dispuso a irse. No había notado a un extraño que se había sentado en un banco de atrás.
Cuando el organista se dio la vuelta para irse, el extraño se le acercó y le preguntó si él podía tocar la pieza. El organista respondió bruscamente: «Nunca dejo que nadie toque este órgano.». Finalmente, después de dos peticiones amables más, el músico gruñón le dio permiso con renuencia.
El extraño se sentó y llenó el santuario de una hermosa e impecable música. Cuando terminó, el organista preguntó: «¿Quién es usted?» El hombre contestó: «Yo soy Felix Mendelssohn.» El organista por poco impide al creador de la canción que tocara su propia música.
Mis queridos hermanos y amigos, hay veces en que nosotros también tratamos de tocar los acordes de nuestra propia vida e impedimos a nuestro Creador que haga una hermosa música con nosotros. Igual que el obstinado organista, quitamos las manos de las teclas con renuencia. Se nos olvida que como pueblo Suyo, somos “creados en Cristo Jesús para buenas obras”. Pero nuestras vidas no producirán una música hermosa a menos que le dejemos tocar Su música a través nuestro.
Dios tiene una sinfonía escrita para nuestras vidas. Cuando le decimos “hágase tu voluntad” debemos dejarle que en verdad Su voluntad sea hecha en nosotros, de todas formas se va a hacer por lo tanto, más nos vale sentarnos en primera fila a escuchar Su música en nuestra vida. Sin duda Él va a ejecutar una hermosísima obra en nosotros cuyo único propósito será servirle. Adoremos a nuestro Señor y sirvamos a nuestro prójimo entonces haremos “buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas”.
Que Dios te bendiga
Cuando el organista se dio la vuelta para irse, el extraño se le acercó y le preguntó si él podía tocar la pieza. El organista respondió bruscamente: «Nunca dejo que nadie toque este órgano.». Finalmente, después de dos peticiones amables más, el músico gruñón le dio permiso con renuencia.
El extraño se sentó y llenó el santuario de una hermosa e impecable música. Cuando terminó, el organista preguntó: «¿Quién es usted?» El hombre contestó: «Yo soy Felix Mendelssohn.» El organista por poco impide al creador de la canción que tocara su propia música.
Mis queridos hermanos y amigos, hay veces en que nosotros también tratamos de tocar los acordes de nuestra propia vida e impedimos a nuestro Creador que haga una hermosa música con nosotros. Igual que el obstinado organista, quitamos las manos de las teclas con renuencia. Se nos olvida que como pueblo Suyo, somos “creados en Cristo Jesús para buenas obras”. Pero nuestras vidas no producirán una música hermosa a menos que le dejemos tocar Su música a través nuestro.
Dios tiene una sinfonía escrita para nuestras vidas. Cuando le decimos “hágase tu voluntad” debemos dejarle que en verdad Su voluntad sea hecha en nosotros, de todas formas se va a hacer por lo tanto, más nos vale sentarnos en primera fila a escuchar Su música en nuestra vida. Sin duda Él va a ejecutar una hermosísima obra en nosotros cuyo único propósito será servirle. Adoremos a nuestro Señor y sirvamos a nuestro prójimo entonces haremos “buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas”.
Que Dios te bendiga