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Juan 8:12

Otra vez Jesús les habló, diciendo: —Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará...

REFLEXIÓN

Los biólogos marinos, están adquiriendo en estos días abundantes conocimientos sobre los...

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La confesión de un comerciante del evangelio

Publicación:  jueves 14 septiembre 2023   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Pedro y Juan subían juntos al Templo a la hora novena, que era la de la oración. Había un hombre, cojo de nacimiento, que era llevado y dejado cada día a la puerta del Templo que se llama la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban en el Templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el Templo, les rogaba que le dieran limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo:
—Míranos.
 Entonces él los miró atento, esperando recibir de ellos algo. Pero Pedro dijo:
—No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.
 Entonces lo tomó por la mano derecha y lo levantó. Al instante se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el Templo, andando, saltando y alabando a Dios.
Hechos 3:1-8


Reflexión

Se cuenta que Tomás de Aquino, el famoso teólogo católico, llegó a visitar a un eminente religioso de la época y lo encontró contando dinero de sus feligreses. El religioso le dijo: "Ya ves, Tomás, no podemos decir como decía San Pedro: No tenemos plata ni oro."

Y Tomás de Aquino contestó: "Tampoco podemos decir como dijo él: Levántate y anda."

Mis queridos hermanos y amigos, algunos pseudo servidores de Dios han decidido servirse a sí mismos y se han interesado tanto en lo material que han descuidado a los necesitados y han perdido su poder espiritual. Es bien curioso pero ellos hacen al revés de lo que hicieron los apóstoles, de lo que tienen, plata y oro, no dan más bien piden; y seguramente no pueden dar lo que no tienen… poder del Espíritu Santo.

Aprendamos a distinguir a los verdaderos servidores del Señor, son aquellos que siempre dan y nunca piden.
 
Que Dios te bendiga