Lectura de hoy
Tapices centenarios
Filipenses 1:6
…estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará...
REFLEXIÓN
Los tapices españoles son muy famosos desde 1721. La calidad de las composiciones convierte...
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Estudio Bíblico de la semana
A.04.- Siguiendo a Jesús
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Este estudio nos lleva a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del cristianismo como una forma de vida. ... |
El peso de tu cruz
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Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33
Reflexión
Un joven tuvo un sueño bien interesante. En el sueño se quejaba porque ya no podía soportar las dificultades de su vida. Cayó de rodillas y orando dijo: "Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada".
El Señor, como siempre, acudió y le contestó, "Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación. Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras".
El joven suspiró aliviado. "Gracias, Señor" dijo, e hizo lo que le había dicho. Al entrar, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba. Después, vio una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared.
"Señor", susurró, "quisiera esa que está allá". Y el Señor contestó, "Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar".
Mis queridos hermanos y amigos, cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, siempre es útil mirar a nuestro alrededor y ver las cosas con las que se enfrentan los demás. Hambrunas, enfermedades graves y tragedias de todo tipo abundan en el mundo. Si nos fijamos en las bendiciones que tenemos en vez de fijarnos en lo que nos hace falta, veremos entonces que debemos considerarnos más afortunados de lo que imaginamos y dar gracias a nuestro Señor.
Nuestra paz está en tomar conciencia de lo que somos y tenemos y ser agradecidos con el Señor por ello. Nuestras ansiedades están en añorar y quejarnos de lo que no tenemos, siendo mal agradecidos con el Señor por lo que nos ha dado. Está en nosotros elegir ser mal agradecidos y vivir angustiados o ser agradecidos y vivir en paz.
Que Dios te bendiga
El Señor, como siempre, acudió y le contestó, "Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación. Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras".
El joven suspiró aliviado. "Gracias, Señor" dijo, e hizo lo que le había dicho. Al entrar, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba. Después, vio una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared.
"Señor", susurró, "quisiera esa que está allá". Y el Señor contestó, "Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar".
Mis queridos hermanos y amigos, cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, siempre es útil mirar a nuestro alrededor y ver las cosas con las que se enfrentan los demás. Hambrunas, enfermedades graves y tragedias de todo tipo abundan en el mundo. Si nos fijamos en las bendiciones que tenemos en vez de fijarnos en lo que nos hace falta, veremos entonces que debemos considerarnos más afortunados de lo que imaginamos y dar gracias a nuestro Señor.
Nuestra paz está en tomar conciencia de lo que somos y tenemos y ser agradecidos con el Señor por ello. Nuestras ansiedades están en añorar y quejarnos de lo que no tenemos, siendo mal agradecidos con el Señor por lo que nos ha dado. Está en nosotros elegir ser mal agradecidos y vivir angustiados o ser agradecidos y vivir en paz.
Que Dios te bendiga