Lectura de hoy
Reportándose
Isaías 41:10
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre...
REFLEXIÓN
Una vez un clérigo cristiano estaba dando un recorrido por su iglesia al mediodía... al...
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Estudio Bíblico de la semana
F.08.- La gloria de Dios
Estudio que analiza el concepto de la gloria de Dios maniefestada a su pueblo en el Antiguo Testamento en el Templo y la gloria de Dios manifestada en Jesucristo ... |
Y les llaman discapacitados
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Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 1 Corintios 13:1-3
Reflexión
Hace algunos años, en las Olimpíadas especiales de Seattle, nueve concursantes, todos con capacidades físicas o mentales diferentes, estaban preparados en la línea de partida de los 100 metros planos. Con el disparo salieron, no exactamente a una carrera, sino al disfrute de correr, llegar al final y ganar, todos ellos, excepto un pequeño muchacho que se cayó aparatosamente en el asfalto y comenzó a llorar.
Los otros corredores lo escucharon y redujeron velocidad y miraron hacia atrás y todos se volvieron hacia él; una chica, con síndrome de Dawn, se agachó y le dio un beso en la mejilla y le dijo: "Esto te hará sentir mejor", luego los nueve encadenaron sus brazos y todos juntos caminaron hasta la meta.
Todas las personas que estaban en el estadio se pusieron de pie y comenzaron a gritar por varios minutos; la gente que estuvo allí aún cuenta esta historia. ¡Qué ejemplo para todos nosotros!
Mis queridos hermanos y amigos. Así como estos atletas hicieron, pongamos también nosotros nuestro amor en acción, solo así se sabrá que genuinamente somos hermanos, cuando uno de nosotros cae y los otros se devuelven a salvarlo.
Que Dios te bendiga
Los otros corredores lo escucharon y redujeron velocidad y miraron hacia atrás y todos se volvieron hacia él; una chica, con síndrome de Dawn, se agachó y le dio un beso en la mejilla y le dijo: "Esto te hará sentir mejor", luego los nueve encadenaron sus brazos y todos juntos caminaron hasta la meta.
Todas las personas que estaban en el estadio se pusieron de pie y comenzaron a gritar por varios minutos; la gente que estuvo allí aún cuenta esta historia. ¡Qué ejemplo para todos nosotros!
Mis queridos hermanos y amigos. Así como estos atletas hicieron, pongamos también nosotros nuestro amor en acción, solo así se sabrá que genuinamente somos hermanos, cuando uno de nosotros cae y los otros se devuelven a salvarlo.
Que Dios te bendiga