Lectura de hoy
Nuestro banco
Efesios 5:14-17
Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará...
REFLEXIÓN
Si nosotros tuviéramos un banco que acreditara a nuestra cuenta cada mañana $86,400 dólares...
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Estudio Bíblico de la semana
B.6.- El Antiguo Testamento y el Reino de Dios
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Estudio sobre la enseñanza del Reino de Dios en el Antiguo Testamento ... |
Los ricos están expuestos a gran peligro
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Y les dijo:
—Mirad, guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
También les refirió una parábola, diciendo: «La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: “¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos?”. Y dijo: “Esto haré: derribaré mis graneros y los edificaré más grandes, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: `Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y regocíjate '”. Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has guardado, ¿de quién será?”. Así es el que hace para sí tesoro y no es rico para con Dios». Lucas 12:15-21
Reflexión
Cierta persona relata lo siguiente: El señor X me conoció porque yo iba a la iglesia a la que él pertenecía. En una ocasión le pedí un consejo y me lo dio.
Después transcurrieron algunos años sin que tuviera yo la oportunidad de verlo. Un día ese señor vino a mi casa, nos dimos los saludos de costumbre y después me preguntó si podría hablarme en lo privado. Por supuesto le dije que sí. Entramos en un cuarto donde nadie pudiera interrumpirnos. Cuando ya estábamos a solas me dijo:
“He sabido que usted está expuesto a un gran peligro”.
Le dije que yo no lo sabía. Enseguida agregó:
“Así lo pensaba yo; que no lo sabía usted: por esta razón he venido a verlo. Me dicen que usted se está enriqueciendo y que le va muy bien. ¡Cuidado! Está usted en el camino por el cual millares de personas van a la ruina espiritual y se alejan de Dios para siempre!.
Siguió hablándome sobre este asunto con tanta solemnidad y sinceridad que me impresionó profundamente.
Cuando mi buen visitante y consejero se despidió de mí, me quedé pensando en lo que habíamos conversado y decidí que haría lo posible para que el aumento de mis riquezas no me alejara de Dios, sino más bien para que éstas me acercaran a Él y para que con ellas ayudara yo a extender su reino en la tierra. Y pensé: ¿Dónde está mi corazón? ¿En mis posesiones o con el Señor?
Mis queridos hermanos y amigos, las riquezas no son el problema, es lo que hacemos con ellas lo que puede perdernos. Recordemos, el Señor nos bendice para bendecir. La pregunta procede: ¿Qué estamos haciendo con lo que el Señor nos ha dado?
Que Dios te bendiga
Después transcurrieron algunos años sin que tuviera yo la oportunidad de verlo. Un día ese señor vino a mi casa, nos dimos los saludos de costumbre y después me preguntó si podría hablarme en lo privado. Por supuesto le dije que sí. Entramos en un cuarto donde nadie pudiera interrumpirnos. Cuando ya estábamos a solas me dijo:
“He sabido que usted está expuesto a un gran peligro”.
Le dije que yo no lo sabía. Enseguida agregó:
“Así lo pensaba yo; que no lo sabía usted: por esta razón he venido a verlo. Me dicen que usted se está enriqueciendo y que le va muy bien. ¡Cuidado! Está usted en el camino por el cual millares de personas van a la ruina espiritual y se alejan de Dios para siempre!.
Siguió hablándome sobre este asunto con tanta solemnidad y sinceridad que me impresionó profundamente.
Cuando mi buen visitante y consejero se despidió de mí, me quedé pensando en lo que habíamos conversado y decidí que haría lo posible para que el aumento de mis riquezas no me alejara de Dios, sino más bien para que éstas me acercaran a Él y para que con ellas ayudara yo a extender su reino en la tierra. Y pensé: ¿Dónde está mi corazón? ¿En mis posesiones o con el Señor?
Mis queridos hermanos y amigos, las riquezas no son el problema, es lo que hacemos con ellas lo que puede perdernos. Recordemos, el Señor nos bendice para bendecir. La pregunta procede: ¿Qué estamos haciendo con lo que el Señor nos ha dado?
Que Dios te bendiga