Lectura de hoy
A mi vecino
Mateo 7:12
Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced...
REFLEXIÓN
Cuenta un amigo la siguiente historia: Una noche vino un hombre a nuestra casa y me dijo:...
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Estudio Bíblico de la semana
Los obreros arrestados
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Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Colosenses 3:22-24
Reflexión
Dos obreros trabajaban en la vía pública con gran tesón y energía. Iban vestidos con la indumentaria característica y cargaban tubos de plomo en un camión.
Un policía se detuvo y les observó. Acto seguido llamó a la estación de policía con su radio. Vino una furgoneta y varios policías arrestaron a los dos trabajadores sin mediar más palabras, por ladrones.
El jefe preguntó al policía, ya veterano, qué le había llevado a reconocer a los ladrones.
- ¿Qué te hizo pensar que eran ladrones y no obreros?
- Trabajaban demasiado aprisa para ser obreros, contestó el policía.
Mis queridos hermanos y amigos, los ciudadanos del Reino de Dios sabemos que, aunque trabajamos para los hombres, siempre trabajamos para Dios. Por lo tanto debemos trabajar con agradecimiento, pasión, excelencia y compromiso en nuestros corazones. Así prosperamos en la vida y glorificamos a nuestro Padre que está en los cielos.
Que Dios te bendiga
Un policía se detuvo y les observó. Acto seguido llamó a la estación de policía con su radio. Vino una furgoneta y varios policías arrestaron a los dos trabajadores sin mediar más palabras, por ladrones.
El jefe preguntó al policía, ya veterano, qué le había llevado a reconocer a los ladrones.
- ¿Qué te hizo pensar que eran ladrones y no obreros?
- Trabajaban demasiado aprisa para ser obreros, contestó el policía.
Mis queridos hermanos y amigos, los ciudadanos del Reino de Dios sabemos que, aunque trabajamos para los hombres, siempre trabajamos para Dios. Por lo tanto debemos trabajar con agradecimiento, pasión, excelencia y compromiso en nuestros corazones. Así prosperamos en la vida y glorificamos a nuestro Padre que está en los cielos.
Que Dios te bendiga