Lectura de hoy
Por un simple acto
Romanos 8:28
Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a...
REFLEXIÓN
Un Día de Acción de Gracias hace muchos años, una joven familia despertó en una situación...
» Continúa » Escuchar AudioReciba diariamente la Lectura de Hoy en su correo electrónico sin ningún compromiso.
Estudio Bíblico de la semana
F.03.- La Intercesión
Estudio que se ocupa de contestar a la pregunta ¿Cómo le pido a Dios? ... |
Incompleta
Tweet
…estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Filipenses 1:6
Reflexión
Cuenta un niño que un día sus padres le informaron que habían comprado una casa nueva. Una tarde, toda la familia se introdujo en el automóvil y se fueron a donde estarían viviendo pronto.
Él no lo podía creer. La casa no tenía ventanas ni puertas, solo el espacio donde ellas irían y tenía un olor extraño. Se podía ver el sótano claramente a través de grandes brechas en el suelo y tuvieron que encaramarse a una escalera para bajar allí.
Esa noche, cuando el niño le preguntó a su madre por qué ella y su papá querían vivir en una casa como ésa, ella le explicó que aquel constructor todavía no la había terminado. "Sólo espera y verás -dijo-. Creo que te va a gustar cuando quede lista".
Pronto comenzaron a ver cambios. A la casa le pusieron ventanas, luego puertas. El "olor raro" de la madera nueva se fue y pintaron las paredes.
La madre puso cortinas en las ventanas y cuadros en las paredes. La casa incompleta se había transformado. Había llevado algo de tiempo, pero finalmente había quedado terminada. ¡Qué diferencia había de la casa a medio construir y la casa terminada!
Mis queridos hermanos y amigos, como cristianos, nosotros también necesitamos un "acabado". Aunque los cimientos se echan en el momento de nuestra entrega al Señor, el proceso de crecimiento continúa a lo largo de nuestra vida. Jesús, "el autor y consumador de nuestra fe”, como buen constructor, continuará Su obra en nosotros, hasta que un día, como la casa de la historia, estaremos completos y su obra estará terminada.
Tengamos paciencia, por favor. ¡El Señor todavía no ha terminado con nosotros!
Que Dios te bendiga
Él no lo podía creer. La casa no tenía ventanas ni puertas, solo el espacio donde ellas irían y tenía un olor extraño. Se podía ver el sótano claramente a través de grandes brechas en el suelo y tuvieron que encaramarse a una escalera para bajar allí.
Esa noche, cuando el niño le preguntó a su madre por qué ella y su papá querían vivir en una casa como ésa, ella le explicó que aquel constructor todavía no la había terminado. "Sólo espera y verás -dijo-. Creo que te va a gustar cuando quede lista".
Pronto comenzaron a ver cambios. A la casa le pusieron ventanas, luego puertas. El "olor raro" de la madera nueva se fue y pintaron las paredes.
La madre puso cortinas en las ventanas y cuadros en las paredes. La casa incompleta se había transformado. Había llevado algo de tiempo, pero finalmente había quedado terminada. ¡Qué diferencia había de la casa a medio construir y la casa terminada!
Mis queridos hermanos y amigos, como cristianos, nosotros también necesitamos un "acabado". Aunque los cimientos se echan en el momento de nuestra entrega al Señor, el proceso de crecimiento continúa a lo largo de nuestra vida. Jesús, "el autor y consumador de nuestra fe”, como buen constructor, continuará Su obra en nosotros, hasta que un día, como la casa de la historia, estaremos completos y su obra estará terminada.
Tengamos paciencia, por favor. ¡El Señor todavía no ha terminado con nosotros!
Que Dios te bendiga