Lectura de hoy
Amor incondicional
Lucas 5:12-13
Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el...
REFLEXIÓN
El soldado, quien finalmente regresaba a casa después de la guerra, llamó a sus padres a...
» Continúa » Escuchar AudioReciba diariamente la Lectura de Hoy en su correo electrónico sin ningún compromiso.
Estudio Bíblico de la semana
F.05.- El fruto del Espíritu
Estudio detallado del fruto del Espíritu Santo y su significado en la vida del creyente ... |
El dominio del temor
Tweet
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento, Salmos 23:4
Reflexión
Varios años atrás, un circo de televisión bien conocido desarrolló un acto que incluía tigres de bengala. El acto se hacía en vivo delante de una gran audiencia. Una noche, el entrenador entró en la jaula con varios tigres y la puerta se cerró de forma rutinaria detrás de él. Las luces inundaban la jaula y las cámaras de televisión se acercaban para que la audiencia pudiera ver cada detalle mientras él con habilidad ponía a los tigres en el ritmo adecuado.
En medio de la actuación, pasó lo peor: las luces se apagaron. Por casi treinta largos segundos, el entrenador estuvo encerrado con los tigres en la oscuridad. Con su visión nocturna superior, los tigres podían verlo, pero él no los veía a ellos. Él sobrevivió. Cuando regresaron las luces, con calma terminó su actuación.
Cuando le preguntaron al entrenador cómo se sintió, él admitió sentir un frío temor al principio, pero luego dijo: “Me di cuenta que aunque yo no podía ver a los felinos, ellos no lo sabían. Solo continué sonando mi látigo y hablándoles hasta que las luces regresaron. Ellos nunca supieron que yo no les podía ver tan bien como ellos me veían a mí."
Mis queridos hermanos y amigos, todos tenemos tigres que nos producen toda clase de temores y que parecen estarnos persiguiendo. Si los dominamos en el Señor, ¡ellos obedecerán nuestra voz de fe! La fe ahuyenta al temor, el temor es ausencia de fe. Recordemos que no debemos temer mal alguno, porque el ser más poderoso del universo está con nosotros.
Que Dios te bendiga
En medio de la actuación, pasó lo peor: las luces se apagaron. Por casi treinta largos segundos, el entrenador estuvo encerrado con los tigres en la oscuridad. Con su visión nocturna superior, los tigres podían verlo, pero él no los veía a ellos. Él sobrevivió. Cuando regresaron las luces, con calma terminó su actuación.
Cuando le preguntaron al entrenador cómo se sintió, él admitió sentir un frío temor al principio, pero luego dijo: “Me di cuenta que aunque yo no podía ver a los felinos, ellos no lo sabían. Solo continué sonando mi látigo y hablándoles hasta que las luces regresaron. Ellos nunca supieron que yo no les podía ver tan bien como ellos me veían a mí."
Mis queridos hermanos y amigos, todos tenemos tigres que nos producen toda clase de temores y que parecen estarnos persiguiendo. Si los dominamos en el Señor, ¡ellos obedecerán nuestra voz de fe! La fe ahuyenta al temor, el temor es ausencia de fe. Recordemos que no debemos temer mal alguno, porque el ser más poderoso del universo está con nosotros.
Que Dios te bendiga