Lectura de hoy
El Semáforo
1 Tesalonisenses 5:14-18
También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco...
REFLEXIÓN
Este es el testimonio de un hombre confrontado: Aquel día me desperté con mucha pereza...
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Estudio Bíblico de la semana
A.04.- Siguiendo a Jesús
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Este estudio nos lleva a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del cristianismo como una forma de vida. ... |
El poder de las palabras
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En fin, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables. No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición, porque:
«El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal y sus labios no hablen engaño; apártese del mal y haga el bien; busque la paz y sígala, porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal». 1 Pedro 3:8-12
Reflexión
Un grupo de ranas viajaba por el bosque y de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.
Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritó que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: "No escuchaste lo que te decíamos?" La rana les explicó que era sorda y que ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.
Mis queridos hermanos y amigos, no debemos olvidar que la lengua tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarle. Así mismo, una palabra destructiva a alguien que se encuentre desanimado, puede ser lo que acabe por destruirlo. Por eso debemos tener mucho cuidado con lo que decimos porque con nuestra lengua podemos destruir o edificar.
Que Dios te bendiga
Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritó que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: "No escuchaste lo que te decíamos?" La rana les explicó que era sorda y que ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.
Mis queridos hermanos y amigos, no debemos olvidar que la lengua tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarle. Así mismo, una palabra destructiva a alguien que se encuentre desanimado, puede ser lo que acabe por destruirlo. Por eso debemos tener mucho cuidado con lo que decimos porque con nuestra lengua podemos destruir o edificar.
Que Dios te bendiga