Lectura de hoy

Como los árboles de California

1 Corintios 12:26-27

Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos...

REFLEXIÓN

Aunque nunca he visto los árboles Sequoia de California, conocidos como los "Redwoods", me...

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F.06.- Comunión con Dios

Lecturas Estudio sobre nuestra comunión con Dios. ...

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La zorra y el hombre labrador

Publicación:  miércoles 14 septiembre 2022   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor». Romanos 12:17-18


Reflexión

Había un hombre dedicado a la labranza que odiaba a una zorra porque le ocasionaba algunos daños en su finca. Después de mucho intentarlo, pudo al fin capturarla y, buscando vengarse de ella, le ató a la cola una mecha empapada en aceite y le prendió fuego.

La zorra corrió despavorida y tomó la dirección de los campos que cultivaba aquel hombre. Era la época de la cosecha y ya estaba listo todo el producto para la recolección. El labrador siguiendo a la raposa, contempló llorando, cómo al pasar ella por sus campos, se quemaba todo el esfuerzo realizado por él para lograr la producción de ese año. Entonces entendió que los pequeños daños que la zorra le provocaba no se comparaban con el gran daño que su venganza le provocó.

Mis queridos hermanos y amigos, en muchos textos bíblicos, el Señor nos dice: “Mía es la venganza, yo pagaré”. A lo que Él nos invita es a no vengarnos porque de seguro nuestra venganza no será justa, ya sea porque nos excederemos en el castigo o porque nos quedaremos cortos. La razón es simple, nosotros no contamos con toda la información que se necesita para infringir un castigo justo, por lo tanto seremos injustos. El Señor, en cambio, cuenta con toda la información porque Él todo lo sabe y podrá, sin duda, ejercer la justicia de forma correcta y adecuada. No se nos olvide, nuestro Señor es uno de amor y misericordia, pero también es uno de santidad y justicia.

Que Dios te bendiga