Lectura de hoy
Visión 20/20
Juan 8:12
Otra vez Jesús les habló, diciendo: —Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará...
REFLEXIÓN
Los biólogos marinos, están adquiriendo en estos días abundantes conocimientos sobre los...
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Estudio Bíblico de la semana
A.03.- El Jesús histórico
Este estudio demuestra con claridad que Jesús es el Mesías esperado y el Hijo de Dios. Se citan las profecías más conocidas del Antiguo Testamento cumplidas en Jesús 400 o más años después. ... |
Retrato de sí mismo
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Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que por sus frutos los conoceréis. Mateo 7:16-20
Reflexión
Después de años de trabajar en Roma, en esculturas de tamaño natural, Miguel Ángel fue a Florencia donde un gran bloque de mármol de Carrara de un blanco espléndido, había sido obtenido para una estatua colosal. En semanas él firmó un acuerdo para completar su interpretación de David para la catedral. Con el contrato en mano, comenzó de inmediato, trabajando con tal energía que a menudo dormía con sus ropas puestas, molestándole el tiempo que tomaba quitárselas y ponérselas de nuevo. Examinó sin faltas y midió a precisión el mármol para ver qué pose podría acomodar. Hizo bosquejos de posibles actitudes y con cuidado, trazó dibujos detallados de modelos. Él probó sus ideas a pequeña escala con cera. Cuando al fin quedó satisfecho con su diseño, levantó su cincel y mazo e inició su trabajo.
Miguel Ángel planeó pintar el techo de la Capilla Sixtina con la misma intensidad. Apenas le tomó un mes desarrollar el tema, luego se lanzó con furor hacia el diseño final, construyendo andamios y contratando ayudantes. Miguel Ángel se acostó en ángulos incómodos sobre duras tablas, respiró el sofocante aire que estaba justo debajo de la cripta, y recibió en sus ojos y piel el polvo irritante del yeso. Pasó la mayoría de los siguientes cuatro años, literalmente transpirando en angustia física mientras trabajaba.
Mis queridos hermanos y amigos, la obra de Miguel Angel, así como la de cualquier hombre, ya sea que se dedique a literatura, música, pintura, arquitectura o cualquier cosa, siempre es un retrato de sí mismo. Sin duda todos nos vemos a través de nuestras acciones. La idea de la integridad tiene que ver con que somos personas consecuentes. Lo que decimos, lo que creemos y lo que hacemos es congruente tanto en nuestro lugar de trabajo como en nuestro hogar, en la iglesia o cuando estamos con nuestros amigos. Una persona íntegra es aquella que vive de acuerdo a su fe, en otras palabras, sus actos respaldan su creencias. Es pertinente de vez en cuando preguntar a las personas cercanas a nosotros si nuestras acciones respaldan nuestras creencias. De no ser así nos convertiríamos en actores de una obra de teatro que usan máscaras para no ser reconocidos. Los griegos tenían una palabra durísima para esta clase de personas y Jesús las rechazó sin titubear. Tanto Jesús como los griegos los llaman así: “hipócritas”.
Que Dios te bendiga
Miguel Ángel planeó pintar el techo de la Capilla Sixtina con la misma intensidad. Apenas le tomó un mes desarrollar el tema, luego se lanzó con furor hacia el diseño final, construyendo andamios y contratando ayudantes. Miguel Ángel se acostó en ángulos incómodos sobre duras tablas, respiró el sofocante aire que estaba justo debajo de la cripta, y recibió en sus ojos y piel el polvo irritante del yeso. Pasó la mayoría de los siguientes cuatro años, literalmente transpirando en angustia física mientras trabajaba.
Mis queridos hermanos y amigos, la obra de Miguel Angel, así como la de cualquier hombre, ya sea que se dedique a literatura, música, pintura, arquitectura o cualquier cosa, siempre es un retrato de sí mismo. Sin duda todos nos vemos a través de nuestras acciones. La idea de la integridad tiene que ver con que somos personas consecuentes. Lo que decimos, lo que creemos y lo que hacemos es congruente tanto en nuestro lugar de trabajo como en nuestro hogar, en la iglesia o cuando estamos con nuestros amigos. Una persona íntegra es aquella que vive de acuerdo a su fe, en otras palabras, sus actos respaldan su creencias. Es pertinente de vez en cuando preguntar a las personas cercanas a nosotros si nuestras acciones respaldan nuestras creencias. De no ser así nos convertiríamos en actores de una obra de teatro que usan máscaras para no ser reconocidos. Los griegos tenían una palabra durísima para esta clase de personas y Jesús las rechazó sin titubear. Tanto Jesús como los griegos los llaman así: “hipócritas”.
Que Dios te bendiga