Lectura de hoy

Por un simple acto

Romanos 8:28

Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a...

REFLEXIÓN

Un Día de Acción de Gracias hace muchos años, una joven familia despertó en una situación...

» Continúa     » Escuchar Audio  Escuchar Audio

Reciba diariamente la Lectura de Hoy en su correo electrónico sin ningún compromiso.

Suscribete a Unanimes

Estudio Bíblico de la semana

F.03.- La Intercesión

Lecturas Estudio que se ocupa de contestar a la pregunta ¿Cómo le pido a Dios? ...

» Descargar     » Escuchar Audio  Estudios

Escondido en el hielo

Publicación:  viernes 6 agosto 2021   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Y vinieron a Juan y le dijeron:
—Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, él también bautiza, y todos van a él.
 Respondió Juan:
—No puede el hombre recibir nada a menos que le sea dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije:“Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él”. El que tiene a la esposa es el esposo; pero el amigo del esposo, el que está a su lado y lo oye, se goza grandemente de la voz del esposo. Por eso, mi gozo está completo. Es necesario que él crezca, y que yo disminuya.
Juan 3:26-30


Reflexión

Resulta difícil entender que la base de la alimentación de las grandes ballenas sea un minúsculo crustáceo de apenas seis centímetros, el kril. Pero las grandes concentraciones producidas por este pequeño animal en la época del apareamiento son tan sorprendentes que resultan difíciles de imaginar.

Cuando llega la primavera, el kril antártico forma agrupaciones de varios cientos de kilómetros cuadrados muy cercanas a la superficie. Un equipo de investigación ruso estimó que en un solo banco de kril contenía 100 millones de toneladas de estos pequeños animales. Si estas estimaciones son acertadas significaría que en un solo banco podría existir más biomasa que la capturada en peces en todo el mundo por los seres humanos, en el término de un año.

Junto con el inicio del deshielo aumenta la luz disponible para fotosintetizar. Entonces las diatomeas, pequeñas algas microscópicas, que son la base de alimento de estos crustáceos, proliferan y el kril vuelve a nutrirse formando enormes agrupaciones que sirven, además, para el apareamiento y la reproducción.

Una sola hembra puede producir hasta 10.000 diminutos huevos. Aprovechando la agregación de kril en aguas cercanas a la superficie las ballenas, focas, peces e incluso pingüinos se alimentan de ellos en forma masiva y casi sin ningún esfuerzo. El kril es el alimento base de la Antártida, sirviendo de sustento a casi todos sus pobladores.

Al regresar el invierno los bancos de kril se dispersan bajo el hielo antártico, pero deberán atravesar una serie de importantes cambios para poder sobrevivir. En principio reducen notablemente el metabolismo hasta la mitad o un tercio del nivel estival y recurren a las reservas de grasa que acumularon durante el verano. Pero, a medida que estas reservas van desapareciendo el animal va achicando su tamaño físico hasta tomar el aspecto de un juvenil.

La mayoría de los crustáceos tienen que mudar su caparazón para crecer, pero el kril lo muda cada invierno para poder disminuir su porte a dos tercios del tamaño original. Un cuerpo menor con menor movimiento consume muchas menos energías, nada debe ser desperdiciado en pos de sobrevivir en aguas congeladas hasta la primavera siguiente.

Mis queridos hermanos y amigos, nosotros los seres humanos podemos aprender del kril. A veces tenemos que aprender a achicarnos para sobrevivir, en otras palabras no dejar que el orgullo nos eleve. Es el orgullo y la altivez los que nos llevan a creernos superiores, a pensar que lo podemos lograr solos, a ignorar el hecho de que nadie puede salvarse a sí mismo porque somos precisamente nosotros mismos los que provocamos nuestra perdición. Todos necesitamos de un Salvador, para alcanzarlo debemos hacer como Juan el Bautista y decir: “Es necesario que él crezca, y que yo disminuya.”

Que Dios te bendiga