Lectura de hoy
Salvo por un himno
Salmos 139:1-6
Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. Has...
REFLEXIÓN
Un grupo de turistas de los estados del norte de los Estados Unidos formaba parte de un gran...
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Estudio Bíblico de la semana
A.04.- Siguiendo a Jesús
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Este estudio nos lleva a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del cristianismo como una forma de vida. ... |
Trampa para conejos
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Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Mateo 26:41
Reflexión
En las heladas regiones de la América del Norte un indio hacía un caminito por entre la nieve, y además hacía otra cosa con unas ramas de abeto.
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó un amigo que acertó a pasar por ese lugar.
—Una trampa para conejos —respondió el indio.
—Pero, ¿dónde está la trampa?
—¡Ah! —respondió el indio sonriente. —La trampa no la pondré sino hasta dentro de dos semanas.
Primero arreglo el caminito de modo que los conejos se acostumbren a él. Por ejemplo, hoy por la noche vendrán y tendrán temor de pasar por el caminito; pero mañana se acercarán más y poco tiempo después uno de ellos lo cruzará, después caminará por él. Pocas noches después se familiarizarán con el camino y lo usarán frecuentemente sin ningún temor. Entonces pondré la trampa en medio, entre las ramas … después comeré conejo todos los días.
Mis queridos hermanos y amigos, la tentación es igual. Primero nos atrae a algo que da la impresión de que “no es malo ni bueno” y cuando adquirimos confianza nos atrapa y destruye. Muchos somos los creyentes que estamos continuamente siendo engañados por el enemigo de nuestras almas, quien nos lleva a caminos que parecen atractivos y que finalmente producirán nuestra destrucción. Puede ser una amistad, una película, una lectura o el Internet. Dios nos ha dado la capacidad para discernir entre lo malo y lo bueno y decir oportunamente no, de forma tal que podamos resguardarnos de caer y dañar así a nuestra familia o a nosotros mismos. Fuerza para resistir la tentación es algo que deberíamos pedir a nuestro Padre celestial con mucha frecuencia. Recordemos la tentación siempre viene de afuera, su aceptación es nuestra responsabilidad.
Que Dios te bendiga
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó un amigo que acertó a pasar por ese lugar.
—Una trampa para conejos —respondió el indio.
—Pero, ¿dónde está la trampa?
—¡Ah! —respondió el indio sonriente. —La trampa no la pondré sino hasta dentro de dos semanas.
Primero arreglo el caminito de modo que los conejos se acostumbren a él. Por ejemplo, hoy por la noche vendrán y tendrán temor de pasar por el caminito; pero mañana se acercarán más y poco tiempo después uno de ellos lo cruzará, después caminará por él. Pocas noches después se familiarizarán con el camino y lo usarán frecuentemente sin ningún temor. Entonces pondré la trampa en medio, entre las ramas … después comeré conejo todos los días.
Mis queridos hermanos y amigos, la tentación es igual. Primero nos atrae a algo que da la impresión de que “no es malo ni bueno” y cuando adquirimos confianza nos atrapa y destruye. Muchos somos los creyentes que estamos continuamente siendo engañados por el enemigo de nuestras almas, quien nos lleva a caminos que parecen atractivos y que finalmente producirán nuestra destrucción. Puede ser una amistad, una película, una lectura o el Internet. Dios nos ha dado la capacidad para discernir entre lo malo y lo bueno y decir oportunamente no, de forma tal que podamos resguardarnos de caer y dañar así a nuestra familia o a nosotros mismos. Fuerza para resistir la tentación es algo que deberíamos pedir a nuestro Padre celestial con mucha frecuencia. Recordemos la tentación siempre viene de afuera, su aceptación es nuestra responsabilidad.
Que Dios te bendiga