Lectura de hoy
La piedra de toque
Mateo 25:1-13
Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que, tomando sus lámparas...
REFLEXIÓN
Cuando la gran biblioteca de Alejandría se quemó, dice la leyenda que un libro se salvó...
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Estudio Bíblico de la semana
A.04.- Siguiendo a Jesús
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Este estudio nos lleva a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del cristianismo como una forma de vida. ... |
El Jefe quiere verte
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»El reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. El que recibió cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que recibió dos, ganó también otros dos. Pero el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
»Después de mucho tiempo regresó el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y trajo otros cinco talentos, diciendo:“Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos”. Su señor le dijo:“Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”. Se acercó también el que había recibido dos talentos y dijo:“Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos”. Su señor le dijo:“Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”. Pero acercándose también el que había recibido un talento, dijo:“Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo”. Respondiendo su señor, le dijo:“Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros y, al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento y dadlo al que tiene diez talentos, porque al que tiene, le será dado y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”. Mateo 25:14-29
Reflexión
El Consejo Inglés de Higiene Industrial llevó a cabo, hace algún tiempo, el siguiente experimento: Un sicólogo, empleado del citado Consejo, visitó algunas empresas comerciales, industriales y bancarias, diciendo a los empleados, uno por uno: “El jefe quiere hablar con usted.”
Estas sencillas palabras: “El jefe quiere hablar con usted”, llenaron de inquietante preocupación a cuantos las oyeron. Algunos palidecían y se preguntaban: ¿Qué habrá pasado? ¿Qué me querrá decir? ¿Habrá alguna acusación contra mí? ¿Será para decirme que me van a dejar cesante?
Si el solo aviso de que el jefe quería hablar con ellos, llenó de angustiosa inquietud a aquellos obreros ingleses, ¿qué será cuando los ángeles suenen las trompetas del juicio para llamar a los seres humanos a comparecer ante un Dios justo?
Mis queridos hermanos y amigos, hoy en día algunos viven la vida como si nunca tuvieran que comparecer ante el Dios del Universo. Qué error más grave! Se olvidan que el mismo Dios de amor y perdón también es el Dios de la santidad y la justicia. Quiera nuestro Señor que cuando nos encontremos con Él, nos de una palmadita en el hombro y nos diga: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor” y nosotros con gran felicidad y alivio le respondamos: Gracias mi Señor.
Que Dios te bendiga
Estas sencillas palabras: “El jefe quiere hablar con usted”, llenaron de inquietante preocupación a cuantos las oyeron. Algunos palidecían y se preguntaban: ¿Qué habrá pasado? ¿Qué me querrá decir? ¿Habrá alguna acusación contra mí? ¿Será para decirme que me van a dejar cesante?
Si el solo aviso de que el jefe quería hablar con ellos, llenó de angustiosa inquietud a aquellos obreros ingleses, ¿qué será cuando los ángeles suenen las trompetas del juicio para llamar a los seres humanos a comparecer ante un Dios justo?
Mis queridos hermanos y amigos, hoy en día algunos viven la vida como si nunca tuvieran que comparecer ante el Dios del Universo. Qué error más grave! Se olvidan que el mismo Dios de amor y perdón también es el Dios de la santidad y la justicia. Quiera nuestro Señor que cuando nos encontremos con Él, nos de una palmadita en el hombro y nos diga: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor” y nosotros con gran felicidad y alivio le respondamos: Gracias mi Señor.
Que Dios te bendiga