Lectura de hoy
Mi inspiración
Gálatas 6:14
Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien...
REFLEXIÓN
El escultor alemán, Dannaker, trabajó durante dos años en una estatua de Cristo hasta que...
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Estudio Bíblico de la semana
A.04.- Siguiendo a Jesús
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Este estudio nos lleva a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del cristianismo como una forma de vida. ... |
Gente puerco espín
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Y nosotros tenemos este mandamiento de él:«El que ama a Dios, ame también a su hermano». 1 Juan 4:21
Reflexión
En lo profundo de un cañón de Wyoming se encuentra uno de los puerco espines más grande que hay. Mientras avanza pesadamente hacia la gente, es menester darle mucho espacio. Nadie se le va a acercar a un tipo cuyas púas parecen misiles. Con razón siempre está solo.
Pero no está solo todo el tiempo. Cada noviembre y diciembre, los puerco espines se acercan lo suficiente los unos a los otros como para reproducirse. Durante ese tiempo optan por relajar sus púas y luego regresan a sus cuerpos espinosos. De esa manera pueden estar cerca sin dañarse y su especie puede perdurar.
Mis queridos hermanos y amigos, casi en todo lugar hay uno que otro puerco espín con afiladas púas de crítica, sarcasmo o arrogancia. Nosotros tendemos a evitarlos, pero Dios nos coloca a su lado para que tengamos comunión con ellos. Nos manda a amarnos unos a otros, incluyendo a los que son tipo puerco espín. Y si somos honestos, tendremos que admitir que nosotros también tenemos púas.
El apóstol Juan nos dice que si amamos a Dios también debemos amar a nuestro hermano. Para hacer esto tenemos que pedir a Dios que nos ayude a “relajar nuestras púas”, incluso cuando otras personas sean espinosas. Es la manera en que le mostramos al mundo que amamos a Dios y es la manera en que le mostramos a Dios nuestro amor hacia Él.
Que Dios te bendiga
Pero no está solo todo el tiempo. Cada noviembre y diciembre, los puerco espines se acercan lo suficiente los unos a los otros como para reproducirse. Durante ese tiempo optan por relajar sus púas y luego regresan a sus cuerpos espinosos. De esa manera pueden estar cerca sin dañarse y su especie puede perdurar.
Mis queridos hermanos y amigos, casi en todo lugar hay uno que otro puerco espín con afiladas púas de crítica, sarcasmo o arrogancia. Nosotros tendemos a evitarlos, pero Dios nos coloca a su lado para que tengamos comunión con ellos. Nos manda a amarnos unos a otros, incluyendo a los que son tipo puerco espín. Y si somos honestos, tendremos que admitir que nosotros también tenemos púas.
El apóstol Juan nos dice que si amamos a Dios también debemos amar a nuestro hermano. Para hacer esto tenemos que pedir a Dios que nos ayude a “relajar nuestras púas”, incluso cuando otras personas sean espinosas. Es la manera en que le mostramos al mundo que amamos a Dios y es la manera en que le mostramos a Dios nuestro amor hacia Él.
Que Dios te bendiga