Lectura de hoy
¿Qué sucedería si Dios…?
Jeremías 33:3
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces...
REFLEXIÓN
¿Qué sucedería si Dios instalara un contestador telefónico automático en el cielo? Imaginémonos...
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Estudio Bíblico de la semana
A.03.- El Jesús histórico
Este estudio demuestra con claridad que Jesús es el Mesías esperado y el Hijo de Dios. Se citan las profecías más conocidas del Antiguo Testamento cumplidas en Jesús 400 o más años después. ... |
Mira más allá
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No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:11-13
Reflexión
Se cuenta una historia de una familia pobre que tenía la facultad de tomar todas las cosas por su lado positivo. Una mujer rica se interesó en ayudarlos y procedió a hacerlo.
Un día la visitó un vecino de la familia pobre y le dijo a la señora que no les ayudara más porque la estaban engañando. Los niños de aquella familia siempre comen cosas deliciosas, lujos que ni yo puedo permitirme – dijo el vecino.
La mujer rica decidida a cortar la ayuda, fue a visitar esta familia al mediodía. Estaba de pie junto a la puerta, a punto de llamar, cuando oyó que una de las niñitas le preguntaba a otra:
- ¿Te vas a servir carne con puré hoy?
- No, creo que comeré pollo asado – respondió la otra niña.
Al oír eso la mujer golpeó la puerta y entró inmediatamente. Vio a las dos niñas sentadas a la mesa en la que habían unas pocas rebanadas de pan seco, dos papas frías, un jarro de agua y nada más.
A sus preguntas contestaron que imaginaban que su pobre comida era toda una suerte de manjares y el juego hacía que la comida les fuera un verdadero festín.
- Usted no sabe lo delicioso que es el pan cuando una lo llama torta de frutillas.
- Pero es mucho más rico si lo llamas helado de crema – dijo la otra niña.
La señora rica salió de allí con una nueva idea de lo que significa el contentamiento. Descubrió que la felicidad no está en las cosas, si no en los pensamientos y en nuestra actitud ante las cosas que tenemos frente a nosotros.
Mis queridos hermanos y amigos, no le pidamos a Dios que cambie nuestra suerte, pidámosle que nos transforme. Entonces veremos que hay bendiciones que nos esperan aun en las situaciones más difíciles que nos haya correspondido vivir. Cuando aprendemos a ser agradecidos con Dios, aprendemos a contentarnos con lo que nos da. Cuando somos mal agradecidos con Dios viviremos infelices, siempre deseando lo que no tenemos. Dos actitudes, agradecimiento y paz o ansiedad e infelicidad, ¿Cual elegimos?
Que Dios te bendiga
Un día la visitó un vecino de la familia pobre y le dijo a la señora que no les ayudara más porque la estaban engañando. Los niños de aquella familia siempre comen cosas deliciosas, lujos que ni yo puedo permitirme – dijo el vecino.
La mujer rica decidida a cortar la ayuda, fue a visitar esta familia al mediodía. Estaba de pie junto a la puerta, a punto de llamar, cuando oyó que una de las niñitas le preguntaba a otra:
- ¿Te vas a servir carne con puré hoy?
- No, creo que comeré pollo asado – respondió la otra niña.
Al oír eso la mujer golpeó la puerta y entró inmediatamente. Vio a las dos niñas sentadas a la mesa en la que habían unas pocas rebanadas de pan seco, dos papas frías, un jarro de agua y nada más.
A sus preguntas contestaron que imaginaban que su pobre comida era toda una suerte de manjares y el juego hacía que la comida les fuera un verdadero festín.
- Usted no sabe lo delicioso que es el pan cuando una lo llama torta de frutillas.
- Pero es mucho más rico si lo llamas helado de crema – dijo la otra niña.
La señora rica salió de allí con una nueva idea de lo que significa el contentamiento. Descubrió que la felicidad no está en las cosas, si no en los pensamientos y en nuestra actitud ante las cosas que tenemos frente a nosotros.
Mis queridos hermanos y amigos, no le pidamos a Dios que cambie nuestra suerte, pidámosle que nos transforme. Entonces veremos que hay bendiciones que nos esperan aun en las situaciones más difíciles que nos haya correspondido vivir. Cuando aprendemos a ser agradecidos con Dios, aprendemos a contentarnos con lo que nos da. Cuando somos mal agradecidos con Dios viviremos infelices, siempre deseando lo que no tenemos. Dos actitudes, agradecimiento y paz o ansiedad e infelicidad, ¿Cual elegimos?
Que Dios te bendiga