Lectura de hoy
Servicio al cliente en su máxima expresión
Mateo 7:12
Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced...
REFLEXIÓN
Esto se llama servicio al cliente en su máxima expresión: esta es la historia de Judd Frost...
» Continúa » Escuchar Audio
Reciba diariamente la Lectura de Hoy en su correo electrónico sin ningún compromiso.
Estudio Bíblico de la semana
A.04.- Siguiendo a Jesús
![]() |
Este estudio nos lleva a reflexionar sobre la verdadera naturaleza del cristianismo como una forma de vida. ... |
Bondad
Tweet
Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, pues esto es la Ley y los Profetas. Mateo 7:12
Reflexión
Durante la Guerra Civil, el presidente Abraham Lincoln visitaba a menudo los hospitales para conversar con los soldados heridos.
Una vez los médicos le señalaron a un joven soldado, ya próximo a la muerte, y Lincoln se acercó a su cama.
-¿Puedo hacer algo por usted? -preguntó.
Era obvio que el soldado no había reconocido al presidente; haciendo un esfuerzo, pudo susurrar:
- Por favor, ¿me escribiría una carta para mi madre?
Alguien le dio lápiz y papel; el presidente comenzó a escribir cuidadosamente lo que el joven lograba dictar:
“Mi queridísima madre: Fui malherido mientras cumplía con mi deber. Temo que no podré recuperarme. Por favor, no te aflijas demasiado por mí. Besa de mi parte a Mary y a John. Que Dios los bendiga, a ti y a mi padre.
Como el soldado estaba demasiado débil para continuar, Lincoln decidió firmar la carta por él y agregó:
“Escrita en nombre de su hijo por Abraham Lincoln”.
El joven pidió ver la nota y quedó atónito al saber quién la había escrito.
- ¿De veras es el presidente? ‘preguntó.
- Sí, lo soy -replicó Lincoln tranquilamente. Luego quiso saber si había alguna otra cosa que pudiera hacer por él.
- Por favor, ¿quiere darme la mano? -pidió el soldado-. Eso me ayudará cuando llegue el fin.
En la silenciosa habitación, el alto y enjuto presidente tomó la mano del muchacho y pronunció unas cálidas palabras de aliento hasta que llegó la muerte.
Mis queridos hermanos y amigos, debemos dar nuestro tiempo al prójimo; aunque sea algo pequeño, hagamos algo por los demás, algo por lo que no obtengamos más recompensa que el privilegio de hacerlo. Hagamos por nuestro prójimo lo que nos gustaría que hicieran por nosotros si estuviésemos en su situación. Jesús así lo manifestó y reunió en ese mandato todas las Escrituras. Si el cumplimiento de ese mandato es importante para Jesús, también debería ser importante para nosotros.
Que Dios te bendiga
Una vez los médicos le señalaron a un joven soldado, ya próximo a la muerte, y Lincoln se acercó a su cama.
-¿Puedo hacer algo por usted? -preguntó.
Era obvio que el soldado no había reconocido al presidente; haciendo un esfuerzo, pudo susurrar:
- Por favor, ¿me escribiría una carta para mi madre?
Alguien le dio lápiz y papel; el presidente comenzó a escribir cuidadosamente lo que el joven lograba dictar:
“Mi queridísima madre: Fui malherido mientras cumplía con mi deber. Temo que no podré recuperarme. Por favor, no te aflijas demasiado por mí. Besa de mi parte a Mary y a John. Que Dios los bendiga, a ti y a mi padre.
Como el soldado estaba demasiado débil para continuar, Lincoln decidió firmar la carta por él y agregó:
“Escrita en nombre de su hijo por Abraham Lincoln”.
El joven pidió ver la nota y quedó atónito al saber quién la había escrito.
- ¿De veras es el presidente? ‘preguntó.
- Sí, lo soy -replicó Lincoln tranquilamente. Luego quiso saber si había alguna otra cosa que pudiera hacer por él.
- Por favor, ¿quiere darme la mano? -pidió el soldado-. Eso me ayudará cuando llegue el fin.
En la silenciosa habitación, el alto y enjuto presidente tomó la mano del muchacho y pronunció unas cálidas palabras de aliento hasta que llegó la muerte.
Mis queridos hermanos y amigos, debemos dar nuestro tiempo al prójimo; aunque sea algo pequeño, hagamos algo por los demás, algo por lo que no obtengamos más recompensa que el privilegio de hacerlo. Hagamos por nuestro prójimo lo que nos gustaría que hicieran por nosotros si estuviésemos en su situación. Jesús así lo manifestó y reunió en ese mandato todas las Escrituras. Si el cumplimiento de ese mandato es importante para Jesús, también debería ser importante para nosotros.
Que Dios te bendiga