Lectura de hoy

Al rojo vivo

1 Juan 4:4

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros...

REFLEXIÓN

Cierto día un joven estaba en el taller de un herrero, y este se mofaba del muchacho diciéndole:...

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Estudio Bíblico de la semana

H.02.- La era de la inocencia

Lecturas El presente estudio analiza, dentro de la historia bíblica, el intervalo de tiempo ocurrido entre la creación del ser humano hasta su caída. ...

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Sin levantar polvo

Publicación:  miércoles 12 junio 2024   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo y el otro publicano.
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: "Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, diezmo de todo lo que gano".
Pero el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "Dios, sé propicio a mí, pecador".
Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro, porque cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.

Lucas 18:10-14


Reflexión

Un día, un comerciante de caballos llevó dos magníficos corceles a un príncipe y los ofreció en venta. Ambos animales eran semejantes: jóvenes, robustos y de buena constitución.

Pero el comerciante pedía por uno de ellos el doble de lo que pedía por el otro. El príncipe llamó a sus cortesanos y les dijo:


-Le regalaré estos magníficos potros al que pueda explicarme por qué uno de ellos vale el doble que el otro.


Los cortesanos se acercaron a los dos animales y los observaron cuidadosamente, pero no pudieron descubrir ninguna diferencia que justificarse una diferencia de precios tan grande.


-Ya que no comprenden la diferencia entre los dos caballos, será mejor probarlos, así podrán ver con mayor claridad por qué tienen un valor tan distinto.


Hizo que dos jinetes los montaran e hizo que dieran algunas vueltas alrededor del patio del palacio. Ni siquiera después de esta prueba los cortesanos lograban entender la diferencia de precio entre los caballos.


Entonces el príncipe explicó:


-Habrán notado que al correr, uno de ellos casi no dejaba rastros de polvo, mientras que el otro levantaba una gran polvareda. Por esto el primero vale el doble que el otro, porque cumple con su deber sin levantar tanto polvo.

Mis queridos hermanos y amigos, al parecer, la humildad y sencillez no son virtudes muy valoradas en nuestra época. Cumplir el deber con responsabilidad es muy cotizado hoy en día porque importan los resultados; también el estar preparado con estudios y experiencia práctica y el saber trabajar en equipo, tienden a estimarse como cualidades invaluables; sin embargo la modestia y humildad de quien no presume de sí mismo, ni de sus cualidades, ni de sus logros, sintiéndose superior a los demás y merecedor de los más altos reconocimientos y remuneraciones, no está bien visto.

Paradójicamente en nuestra sociedad hace carrera el que más polvo levanta. En el Señor es a la inversa, así como es más valioso el caballo que no levanta polvo, es más apreciado ante sus ojos, el cristiano que menos polvo levanta.

Que Dios te bendiga