Lectura de hoy

A mi vecino

Mateo 7:12

Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced...

REFLEXIÓN

Cuenta un amigo la siguiente historia: Una noche vino un hombre a nuestra casa y me dijo:...

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Estudio Bíblico de la semana

F.06.- Comunión con Dios

Lecturas Estudio sobre nuestra comunión con Dios. ...

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Los tres últimos deseos

Publicación:  miĆ©rcoles 8 marzo 2023   |  Escuchar Audio  Escuchar Audio |  Enviar a un amigo Enviar a un amigo



Le dijo uno de la multitud:
--Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.
Pero él le dijo:
--Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?
Y les dijo:
--Mirad, guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
También les refirió una parábola, diciendo: «La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo:
"¿Qué haré, porque no tengo donde guardar mis frutos?"
Y dijo: "Esto haré: derribaré mis graneros y los edificaré más grandes, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: «Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y regocíjate» ".
Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has guardado, ¿de quién será?"
Lucas 12 13-20


Reflexión

Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro Magno (356-323 A.C.) -rey de Macedonia (336-323 A.C.) conquistador del Imperio persa, y uno de los líderes militares más importantes del mundo antiguo, convocó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:
1.- Que su ataúd fuese transportado por los más eminentes médicos de la época.
2.- Que fueran esparcidos por el camino hasta su tumba los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas, etc.)
3.- Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, a la vista de todos.

Uno de sus generales, admirado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuales eran sus razones. Alejandro explicó:
1.- Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para mostrar que ni ellos tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2.- Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
3.- Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos.

Mis queridos hermanos y amigos, debido a que no podemos evitar la muerte, busquemos y tratemos de alcanzar aquello que sí se marchará con nosotros, las promesas del Señor que van a ser cumplidas.

Que Dios te bendiga