Lectura de hoy
A mi vecino
Mateo 7:12
Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced...
REFLEXIÓN
Cuenta un amigo la siguiente historia: Una noche vino un hombre a nuestra casa y me dijo:...
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Estudio Bíblico de la semana
Nunca es suficiente
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Por su amor, nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. Efesios 1:5-6
Reflexión
Keith Hernández es uno de los mejores jugadores de béisbol de la historia. Es un bateador cuyo promedio de por vida es de 300, marca que en béisbol es extraordinaria. Keith ha ganado en numerosas ocasiones el reconocimiento del Guante de Oro por su excelencia como jugador de campo. Ha ganado el reconocimiento de mejor bateador en un año, el reconocimiento del Jugador Más Valioso en su liga y hasta de la Serie Mundial. Lo ha ganado todo en el béisbol.
A pesar de sus logros, no tiene algo que le es crucialmente importante, la aceptación por parte de su padre que lo que ha logrado es valioso. En una entrevista Keith habló así de su relación con su padre:
"Un día le pregunté a mi padre, "Papá, tengo un promedio de 300 de por vida como bateador (una marca extraordinaria). ¿Qué más quieres? Su padre le respondió, "Keith, un día verás tu vida y dirás, ¡pude haber hecho más!"
Mis queridos hermanos y amigos, qué maravilla es saber que nuestro Padre celestial nos conoce, acepta y ama como somos. Él nos ama por quienes somos… sus hijos, sin importar logros o fracasos.
Que Dios te bendiga
A pesar de sus logros, no tiene algo que le es crucialmente importante, la aceptación por parte de su padre que lo que ha logrado es valioso. En una entrevista Keith habló así de su relación con su padre:
"Un día le pregunté a mi padre, "Papá, tengo un promedio de 300 de por vida como bateador (una marca extraordinaria). ¿Qué más quieres? Su padre le respondió, "Keith, un día verás tu vida y dirás, ¡pude haber hecho más!"
Mis queridos hermanos y amigos, qué maravilla es saber que nuestro Padre celestial nos conoce, acepta y ama como somos. Él nos ama por quienes somos… sus hijos, sin importar logros o fracasos.
Que Dios te bendiga