Lectura de hoy
Ángel de la muerte
Eclesiastés 7:14
En el día del bien goza del bien, y en el día de la adversidad, reflexiona. Dios hizo tanto...
REFLEXIÓN
En cierta ocasión, el amo de una viña grande mandó a uno de sus mejores criados a realizar...
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Estudio Bíblico de la semana
F.05.- El fruto del Espíritu
Estudio detallado del fruto del Espíritu Santo y su significado en la vida del creyente ... |
La diferencia entre Rossie Ruiz y Jacqueline Gareau
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El que siembra iniquidad, iniquidad segará, y la vara de su insolencia será quebrada. Proverbios 22:8
Reflexión
No todos aprenden la lección de asumir la responsabilidad por sus acciones. Una de las historias más inusuales que he encontrado acerca de alguien en la supercarretera del fracaso es la de Rosie Ruiz.
En 1980, fue la primera mujer en cruzar la meta en el maratón de Boston con el tercer mejor tiempo jamás logrado por una mujer. Pero desde el momento que ella terminó la carrera, la gente empezó a sospechar de su «victoria».
La persona más afectada fue Jacqueline Gareau. Aunque no era favorita para ganar, la Gareau se había entrenado durante tres años. Durante el curso de la carrera, había estado al frente de todo el grupo de mujeres. Parecía que la victoria sería suya. Pero cuando faltaba aproximadamente una milla para llegar a la meta, otra mujer apareció de repente sobrepasándola. Y esa otra mujer, la Ruiz, llegó antes que ella y fue declarada la ganadora.
Inmediatamente se produjo una conmoción. «Yo sabía que algo olía mal», dijo Bill Rodgers, el ganador entre los hombres. Y agregó que la Ruiz tenía demasiada grasa y no tenía suficientes músculos para ser una corredora de distancia. Y sobre todo eso, en la meta no se veía fatigada, no sudaba y cuando la entrevistaron, usó un lenguaje poco afín con la terminología de los corredores. Las autoridades de la carrera entraron en sospechas y empezaron a investigar.
Encontraron que la Ruiz había calificado para el maratón de Boston tras haber obtenido una puntuación fraudulenta en el maratón de Nueva York. Supusieron que en la carrera de Boston, la Ruiz había saltado dentro del grupo de corredoras a una milla de la meta, sin sospechar que lo había hecho en el grupo que iba a la cabeza. La Asociación Atlética de Boston la descalificó y una semana más tarde, dieron la medalla de ganadora a la Gareau.
Lo más sorprendente es que años después, aún la Ruiz sigue sin aprender de su error. En una carrera de diez kilómetros en la ciudad de Miami, la Gareau vio a la Ruiz y trató de hablar con ella para aclarar las cosas. La Gareau recuerda que le dijo: «¿Por qué hizo lo de Boston?» Y ella le respondió: «Yo gané la carrera». La Gareau concluye diciendo: «No hay forma de tener una conversación con ella».
Dos años después de su aparición en el maratón de Boston, la Ruiz fue arrestada y acusada de robar a su empleador dinero efectivo y cheques. Un año más tarde fue detenida tratando de vender dos kilos de cocaína a un policía encubierto.
Como dijo Sir Josiah Stamp: «Es fácil evadir nuestras responsabilidades, pero no podemos evadirnos de las consecuencias de nuestras responsabilidades».
Mis queridos hermanos y amigos, la vida es una siembra y siempre se cosecha justo lo que hemos sembrado. Tarde o temprano vamos a asumir la responsabilidad de lo que hicimos. A todos nos alcanzan las consecuencias de lo que hacemos, sea bueno o malo.
Que Dios te bendiga
En 1980, fue la primera mujer en cruzar la meta en el maratón de Boston con el tercer mejor tiempo jamás logrado por una mujer. Pero desde el momento que ella terminó la carrera, la gente empezó a sospechar de su «victoria».
La persona más afectada fue Jacqueline Gareau. Aunque no era favorita para ganar, la Gareau se había entrenado durante tres años. Durante el curso de la carrera, había estado al frente de todo el grupo de mujeres. Parecía que la victoria sería suya. Pero cuando faltaba aproximadamente una milla para llegar a la meta, otra mujer apareció de repente sobrepasándola. Y esa otra mujer, la Ruiz, llegó antes que ella y fue declarada la ganadora.
Inmediatamente se produjo una conmoción. «Yo sabía que algo olía mal», dijo Bill Rodgers, el ganador entre los hombres. Y agregó que la Ruiz tenía demasiada grasa y no tenía suficientes músculos para ser una corredora de distancia. Y sobre todo eso, en la meta no se veía fatigada, no sudaba y cuando la entrevistaron, usó un lenguaje poco afín con la terminología de los corredores. Las autoridades de la carrera entraron en sospechas y empezaron a investigar.
Encontraron que la Ruiz había calificado para el maratón de Boston tras haber obtenido una puntuación fraudulenta en el maratón de Nueva York. Supusieron que en la carrera de Boston, la Ruiz había saltado dentro del grupo de corredoras a una milla de la meta, sin sospechar que lo había hecho en el grupo que iba a la cabeza. La Asociación Atlética de Boston la descalificó y una semana más tarde, dieron la medalla de ganadora a la Gareau.
Lo más sorprendente es que años después, aún la Ruiz sigue sin aprender de su error. En una carrera de diez kilómetros en la ciudad de Miami, la Gareau vio a la Ruiz y trató de hablar con ella para aclarar las cosas. La Gareau recuerda que le dijo: «¿Por qué hizo lo de Boston?» Y ella le respondió: «Yo gané la carrera». La Gareau concluye diciendo: «No hay forma de tener una conversación con ella».
Dos años después de su aparición en el maratón de Boston, la Ruiz fue arrestada y acusada de robar a su empleador dinero efectivo y cheques. Un año más tarde fue detenida tratando de vender dos kilos de cocaína a un policía encubierto.
Como dijo Sir Josiah Stamp: «Es fácil evadir nuestras responsabilidades, pero no podemos evadirnos de las consecuencias de nuestras responsabilidades».
Mis queridos hermanos y amigos, la vida es una siembra y siempre se cosecha justo lo que hemos sembrado. Tarde o temprano vamos a asumir la responsabilidad de lo que hicimos. A todos nos alcanzan las consecuencias de lo que hacemos, sea bueno o malo.
Que Dios te bendiga